La semana pasada nos enteramos de una noticia que parece increíble. A casi cuatro años de haber asumido el cargo, la Ministra de Educación le achaca al gobierno anterior el severo atraso que sufre la ejecución del fideicomiso educativo, proyecto con el cual se financiaría la construcción de 80 centros educativos y 23 canchas techadas.
¡Casi al final de su mandato, esta Administración sigue culpando a la anterior por su injustificada ineptitud, en este y en otros campos!
Debe recordarse que el plan se nutre con un financiamiento de $167,5 millones aprobado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en el 2013. De la administración se encarga el Banco Nacional y de la supervisión el MEP.
Como bien lo ha señalado el Exministro de Educación, Leonardo Garnier, se calculaba que en unos cinco años tenía que estar todo completado, pero esta Administración duró entre dos y tres años para nombrar una unidad ejecutora y empezar a hacer los trabajos, lo cual, desde cualquier punto de vista, resulta inaceptable.
Si no se había nombrado la unidad ejecutora fue porque, estando un nuevo Gobierno a punto de entrar, pues fácilmente se acusaría de dejarles una unidad ejecutora con gente nombrada por la Administración Chinchilla Miranda. Era el único paso que faltaba para iniciar el proceso. Tenían la ley aprobada, tenían autorización del sistema bancario, tenían la autorización del Ministerio de Hacienda, tenían aprobado el préstamo con el Banco Interamericano y tenían seleccionadas las escuelas y colegios que se tenían que construir, pero este Gobierno no hizo las cosas a tiempo y ahora aparece achacando culpas para cubrir su poca capacidad de gestión
La Ministra Mora alega que el atraso se debe a que la administración anterior dejó la lista de proyectos y los fondos para construirlos, pero no avanzó en la etapa de preinversión del plan.
Es la misma Contraloría General de la República, la que luego de una auditoría, informa que solamente se han construido 2 obras, y ninguna de las 101 obras pendientes, ha superado las etapas previas que le permitan iniciar la construcción de la obra.
Así las cosas, al 30 de agosto de 2017, de las 103 obras que conforman el proyecto (79 centros educativos y 24 canchas multiusos), solo 2 centros educativos (el Liceo Mata de Plátano de Goicoechea y el Liceo Rural de San Isidro de León Cortés), se encuentran construidos y funcionando. Sin embargo, dichas obras no cumplen con la última etapa del proyecto, ya que no poseen en su totalidad el mobiliario y equipo correspondientes, y tampoco cuentan con el manual de mantenimiento preventivo y correctivo respectivo.
Por otra parte, en cuanto a la gestión financiera del fideicomiso, se tiene que al 30 de junio del 2017 se ha ejecutado un 9.12 % del total de recursos, al respecto, se determinó un atraso de dos años en la utilización de los recursos transferidos por el BID en el período 2014-2016. De tal manera, al 30 de junio del 2017, aún se cuenta con un saldo de ¢5.812,7 millones.
El atraso en los desembolsos ha incidido en la materialización de pagos y devengos de comisiones por saldos no desembolsados, por un monto de ¢984,04 millones, al 28 de febrero de 2017. En adición a este rubro, existen otras erogaciones atendidas con recursos de los desembolsos, correspondientes a intereses y gastos propios de la gestión Fiduciaria, los cuales contribuyen al total de gastos financieros, por la suma de ¢1.334,13 millones. El monto anterior equivale aproximadamente a la construcción de cuatro centros educativos completos. Finalmente, la Contraloría determinó un déficit estimado de recursos, que oscila entre $67,26 millones y $57, 82 millones, para cumplir con las obligaciones del Fideicomiso.
No es la primera vez que este Gobierno pretende endilgar responsabilidades a Administraciones anteriores. Lo que es increíble es que lo siga haciendo a tan solo unos meses de terminar su mandato, burlándose de la inteligencia de la ciudadanía.
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