La reciente reapertura del puente La Amistad sobre el río Tempisque, en la provincia de Guanacaste, después de más de tres meses de intensos trabajos de remodelación, ofrece una oportunidad valiosa para reflexionar sobre la importancia de realizar pausas programadas en la infraestructura para asegurar su mantenimiento y rehabilitación.
El puente La Amistad, que conecta los cantones de Cañas y Nicoya es un ejemplo claro de cómo las inversiones y las reparaciones bien planificadas pueden revitalizar una estructura vital para la región. De ahí que, las autoridades gubernamentales, junto con expertos en ingeniería estructural, han subrayado que estas paradas no solo permiten la ejecución de mejoras necesarias, sino que también previenen costos exorbitantes a largo plazo.
La remodelación, iniciada en febrero de 2024, fue fundamental para reparar los daños severos causados por el terremoto con epicentro en playa Sámara en el año 2012. Sin esas intervenciones periódicas, el desgaste acumulado podría haber resultado en un deterioro irreversible, requiriendo una reconstrucción total con costos significativamente más altos.
Dichosamente, en Costa Rica contamos con la capacidad técnica, el conocimiento y el recurso humano necesario para llevar a cabo tareas de este tipo con éxito. Nuestros profesionales en este campo han ganado reconocimiento internacional por parte de organizaciones de primer nivel como la Asociación Internacional de Ingeniería de Puentes e Ingeniería Estructural (IABSE, siglas en inglés) órgano que realizará su Congreso Mundial del 25 al 257 de setiembre en el Centro de Convenciones en Barreal de Heredia.
Esta lección aprendida nos permite resaltar que la falta de inversión y pausas necesarias en la infraestructura no solo compromete la seguridad y funcionalidad de las obras, sino que también incrementa los gastos futuros de manera exponencial.
Por ello, se vuelve imperativo mantener la guardia en alto para continuar priorizando estos aspectos en la planificación y ejecución de proyectos de infraestructura, garantizando así la longevidad y la eficiencia de las estructuras que son esenciales para el desarrollo regional y nacional.
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El autor es ingeniero, presidente de Grupo Costa Rica de la Asociación Internacional de Ingeniería de Puentes e Ingeniería Estructural (IABSE)