En una asamblea ordinaria que pasaría desapercibida, el fútbol costarricense vivió uno de sus momentos más incómodos. Varios dirigentes de la Liga de Ascenso expusieron, con nombres y apellidos, cómo han enfrentado presuntos amaños de partidos, pagos ilegales a jugadores y hasta amenazas personales. “Esto es una mafia grande”, afirmó el fiscal de LIASCE, Félix Montoya, el fiscal de la organización. La cita, registrada en acta, muestra un sistema que carga con un problema que ya no se puede esconder más.
En la Asamblea General Ordinaria de la Liga de Ascenso (LIASCE) celebrada el 26 de setiembre de 2024, varios dirigentes del fútbol nacional rompieron el silencio sobre el tema de los amaños de partidos, reconociendo públicamente temor, amenazas directas y la existencia de una estructura que calificaron como “una mafia”.
Las declaraciones, que quedaron consignadas en acta, exponen la magnitud del problema y cómo ha afectado a equipos, presidentes y jugadores. El primero en alzar la voz fue Rolando Pereira Calderón, presidente del Municipal Turrialba, quien narró con detalle lo que había vivido en su club desde que asumió el cargo.
“Nosotros ingresamos ya hace casi un año. Es la primera vez que vengo a una asamblea, en esta parte del fútbol nunca había estado involucrado, y me preocupó mucho, y me sigue preocupando ese tema de los amaños, porque estoy seguro de que nosotros en Turrialba, en los partidos del campeonato pasado, tuvimos jugadores que recibieron sus dineros.”
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Pereira aseguró que los propios futbolistas le mostraron mensajes comprometedores:
“Estoy casi seguro, sé que lo que digo es muy delicado, pero los mismos jugadores me mostraban incluso los mensajes de las personas que los contactaban para ofrecerles dinero. No podría decirles que los puedo ‘entender’, porque evidentemente ofrecían 500, 600, 1.000 dólares por partido, y son muchachos que eso no es ni el salario de ellos al mes.”
A raíz de esto, indicó que separaron del equipo a cinco jugadores:
“Cuando terminó el torneo, yo les dije a los muchachos: si no separamos a estos cinco que me parece que están involucrados, entonces no continuamos, porque no queremos estar involucrados en un problema bastante grande como ese.”
Y recordó partidos con marcadores atípicos:
“Partidos como el de Santa Ana, no tiene sentido, ese partido pudo haber quedado hasta 13 a 0, incluso con Guadalupe, 7 a 0, después de que el primer tiempo quedó 0 a 0. Cosas demasiado extrañas.”
Para él, lo más preocupante es el impacto que esto tiene en la imagen del fútbol:
“Esto mancha mucho la imagen en general de la liga y el fútbol. Es muy difícil. Los egresos son muchísimo más altos que los ingresos y cuesta mucho sostener el equipo, pero estas situaciones hacen que podamos tener problemas a futuro.”
“¿Están jugando los que usted separó?”
La intervención de Pereira generó inquietud entre los presentes. Mónica Malavassi, presidenta de Fútbol Consultants, pidió una aclaración breve, pero directa:
“Los jugadores que separó, ¿están jugando todavía? No le voy a pedir nombres, pero solo quiero saber si están jugando.”
Freddy Campos: “Me amenazaron si seguía con eso”
El presidente del Club Sport Uruguay de Coronado, Freddy Campos, respaldó la denuncia de Pereira y recordó un antecedente personal:
“Recuerden ustedes cuando yo anuncié lo que pasó con Golfito hace más o menos cinco años, cuando llegaron a ofrecerle a jugadores el amaño de partidos. Yo inmediatamente me puse en contacto con la fiscalía de la Federación y se hizo una reunión con los equipos de Primera.”
“A mí me llegaron hasta a amenazar si yo seguía con eso. Es delicado y está pasando con jugadores de Segunda y Primera División.”
Campos lamentó que se ponga en riesgo el esfuerzo de los clubes:
“Es mucha la inversión y el esfuerzo que hacemos los presidentes de equipos para que haya gente que se esté aprovechando de la honestidad y transparencia de todos los equipos.”
“Yo conozco al 95% de los compañeros y sé que son gente honesta. No podemos arriesgar a alguno de todos los compañeros por lo que se está dando en la Primera y Segunda División.”
Advirtió también sobre las consecuencias de contratar sin saber el historial de los jugadores:
“Como dice Rolando de Turrialba, él tiene sospechas, pero no puede decirlo porque no tiene pruebas. ¿Pero qué pasa si Uruguay llega y contrata a uno de esos jugadores? Resulta que se empieza a involucrar en estas cosas y un equipo de noventa años se va a ver manchado por cuatro o cinco pachucos.”
También señaló el riesgo que representa hablar públicamente:
“Qué difícil para uno cuando le dicen ‘tal equipo’… No voy a venir aquí a poner de ejemplo una cancha que yo creo que está mejor que la del otro equipo, mucho menos hacer una denuncia de ese tipo, porque las leyes aquí son tan raras que es capaz que se va primero uno.”
Félix Montoya: “Esto es una mafia grande”
El testimonio más crudo fue el de Félix Montoya, fiscal de LIASCE, quien aseguró haber recibido amenazas directas:
“Si hablamos de amenazas, las que yo sufrí… Si yo no hubiera tenido los pantalones bien puestos, dejo todo eso de lado, pero aquí estamos. Yo tenía dos opciones: o me monto en esto o me hago a un lado. Al final tuve que pasar lo que pasé.”
“Uno va a sentir temor porque es una mafia grande que involucra otros niveles más peligrosos, pero hay que hacerlo.”
Montoya pidió seriedad en las denuncias:
“Esto no empieza por un chisme. Tiene que ser algo un poco serio, que uno tenga las pruebas y las bases para ver cómo empieza la investigación.”
Y advirtió que el problema se traslada de club en club:
“El tema de los amaños existe y va a existir. Es muy complicado y se va pasando porque las personas las quitamos de aquí, pero se van al otro lado y van contaminando todo.”
Finalmente, hizo un llamado a todos los clubes:
“Es ahí donde ustedes, como presidentes, tienen que estar alertas a quién llevan, a quién tienen.”
Esta conversación, que consta en acta oficial, expone con total claridad que los amaños no son solo una sospecha en la Liga de Ascenso, sino un tema que ha generado temor, fracturado confianzas y que, según sus propios dirigentes, podría implicar estructuras más amplias que el fútbol en sí.
¿Hasta dónde se investigará lo dicho aquel día en LIASCE?