Xi Jinping acelera regresión de China a la era de Mao Zedong

» Por Luis Zúñiga - Analista político, exdiplomático

Cada día se hace más evidente la regresión de China a la época maoísta que se caracterizó por su ortodoxia marxista-leninista con una economía estatizada y centralizada, un control político y social estricto, severa represión contra la disidencia y una sociedad amordazada en el mejor estilo totalitario.

Esa China que había quedado atrás después de la desaparición de Mao y de las reformas económicas que varios mandatarios chinos habían implementado, ha ido regresando desde poco después que Xi asumió el poder en el 2013.

La estrategia de Xi Jinping se hace más evidente recapitulando los pasos que fue tomando. Sus primeras acciones fueron asegurarse el control absoluto del poder arrestado o purgando a los que cuestionaban sus directivas. Para ese propósito Xi inició una ofensiva contra la corrupción y los acusados fueron siempre sus adversarios políticos.

El éxito total lo obtuvo en el pasado congreso del Partido Comunista donde logró cambiar la Constitución y reelegirse, ahora de manera indefinida, como lo hacía Mao. En el Congreso dio un poderoso golpe de autoritarismo cuando ordenó sacar del salón al anterior primer secretario del partido, Hu Jintao.

Paralelamente, Xi inició una ofensiva contra las grandes empresas privadas. La primera víctima fue Jack Ma, presidente de Alibabá el gigante del comercio electrónico. Su empresa terminó fragmentada en seis empresas menores y con muy poco control del mercado. Además, Xi, personalmente, le prohibió a Ma la salida al mercado público de las acciones de su Ant Group que iba a ser la mayor emisión de acciones en la historia de las bolsas de valores con un monto total de $37 billones.

La ofensiva contra las empresas privadas siguió con la imposición de “donaciones” obligadas al Partido en el orden de los miles de millones de dólares.

Xi se ha caracterizado también por su violenta represión contra los practicantes de religiones. Prácticamente aplastó la iglesia católica demoliendo templos y sometiendo a la jerarquía. Arrestó masivamente a los seguidores del Falun Gong. Encarceló o asesinó a miles de uigures musulmanes.

Un magnífico artículo en Epoch Times (titulado: “Japón está convirtiéndose en el centro de las élites intelectuales de China a la vez que el control del Partido Comunista chino se vuelve más opresivo”) revela como la intelectualidad china se ha ido mudando a Japón.

Profesores universitarios, académicos, periodistas, abogados defensores de los derechos humanos y artistas han ido emigrando, progresivamente, hacia Japón. La lista es nombres notables es larga, pero lo más importante es que han ido logrando un espacio importante en la capital, Tokio. Notable destaque ha alcanzado Fu Guochong, un escritor que está presentando una serie de conferencias en la capital japonesa tituladas: “Reinventado a China en Tokio”.

Paralelamente, numerosas librerías han abierto en Japón ofreciendo literatura china donde se reúne también la élite intelectual china. Una de esas librerías, “One Way Street Tokio” que abrió en agosto del 2023, además de vender libros, organiza foros y discusiones sobre temas sociales y culturales. Un cineasta chino que emigró a Tokio en el 2023, reveló que la industria de documentales se ha hecho muy difícil desde que Xi Jinping llegó al poder. Desde el 2020, todos los festivales de documentales se han cancelado, reveló el cineasta.

Para muchos observadores, la regresión de China a la era maoísta, marca también la decadencia que China había alcanzado en otras esferas como la economía, el comercio y la admiración mundial. El telón del fenómeno chino está descendiendo y la obra está a punto de concluir.

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