EDITORIAL

El miedo de José María Figueres

 

José María Figueres llega al Balcón Verde a inscribirse como precandidato del Partido Liberación Nacional  y se hace rodear de un aparato de seguridad completamente inusual en nuestro país, con hombres armados, escoltas personales, cordones de seguridad y cierre de calles.

Este es el reflejo claro de una persona con muchos temores, con mucho miedo, un hombre que estuvo muchos años escondido en Europa por temor a ser procesado por la justicia costarricense. Y aunque ahora dice que nunca se le procesó, y que se mantenía en Europa por asuntos laborales,  ¿qué le impidió venir al país a celebraciones familiares, a comerse un tamal en diciembre, o incluso a apoyar a sus compañeros liberacionistas en los procesos electorales que participaron en los años que estuvo en su chalet suizo o su apartamento en Madrid?, un avión de Europa a Costa Rica dura 12 horas.

Pero los temores de Figueres Olsen, se acrecientan cada vez, y en este proceso electoral el estar escondido se le ha hecho costumbre, y no aceptar entrevistas de prensa, escoger a los medios complacientes o eludir temas importantes es la norma en la campaña figuerista.

EL MUNDO le ha realizado constantemente consultas sobre temas nacionales las cuales no contesta, se solicitan entrevistas que elude argumentando una apretada agenda, se le invita a debates que rechaza, a pesar de que sus cuatro contendores aceptan de inmediato.

Figueres es un hombre con miedo, le dan miedo las preguntas, le da miedo la confrontación democrática y el escrutinio periodístico. Sus acciones a lo largo de los años lo han convertido en un fantasma que aparece cuando su obsesión por ser presidente nuevamente, lo llama.

Pero esa obsesión por el poder, la quiere hacer sin contestar preguntas, sin dar la cara, solo amparada a su séquito de seguidores nacidos de lealtades clientelistas cuando fue presidente allá por el lejano 1994. Eso es lo que lo mantiene con vida en la escena política nacional, ese grupo de adeptos, incondicionales, que le soban el hombro y lo sacan de la realidad, haciendo sentirse querido y aceptando, algo que no ha logrado ni en su propia familia.

Figueres tiene miedo, porque sabe que es el político más rechazado en el país, él sabe que la gran mayoría de costarricenses lo desprecian y lo rechazan como aspirante presidencial, un ejemplo es su hermana Christiana que cuestiona sus capacidades de honestidad y de ética.

Hoy una vez más le pedimos desde EL MUNDO una entrevista a José María Figueres y hoy una vez más rehuye a hacerla, escudándose en una apretada agenda.

Nos interesa saber si Figueres dará entrevista. No solo él tiene una apretada agenda, los medios también la tenemos, y si el señor no está interesado en responder preguntas de la prensa y prefiere responder las consultas de los fans en reuniones virtuales, es mejor que lo digan y no haga a los medios perder el tiempo.

Si el señor Figueres no tiene respeto o le tiene temor a la prensa sería bueno que lo diga de manera clara y no se justifique en una apretada agenda. Porque si está en campaña política y quiere ser presidente debe dar la cara y meter en esa apretada agenda a los medios que tienen muchos cuestionamientos que hacer.

Los otros cuatro precandidatos del Partido Liberación Nacional no tienen ningún temor de aceptar entrevistas. Solo en el caso de Figueres rehúye y se esconde. Solo Figueres dice no a debatir, solo Figueres escoge los medios que le son afines, solo Figueres tiene miedo.

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