Recién se dictaminó en la Comisión de Ambiente el proyecto 21.388 Ley del Cannabis para Uso Medicinal y Terapéutico y del Cáñamo para uso Alimentario e Industrial, el cual promete ser una respuesta a la reactivación económica, mediante la generación de nuevas oportunidades de negocio, atracción de inversionistas, promoción de la oferta exportable del país, y generación de nuevas fuentes de empleo.
El proyecto permite el cultivo, la producción, la industrialización, la comercialización de cáñamo o cannabis no psicoactivo y sus productos o subproductos, para fines alimentarios e industriales.
Estas actividades no requerirán autorización especial, pues se regirán como una actividad productiva agropecuaria o agroindustrial como las ya existentes.
Tampoco estarán sujetas al impuesto específico que crea el proyecto, gracias a una defensa férrea de la diputada Karine Niño, quién logró consensuar una moción para que el impuesto que se crea en la ley, aplique únicamente a las rentas producidas por actividades de cannabis psicoactivo y no así de cáñamo.
La defensa inicial de la diputada fue eliminar por completo dicho impuesto, sin embargo, dado el aferro y pasión por los impuestos, que sabemos impera en algunos otros diputados, no fue posible. Sin embargo, debe reconocérsele que logró también reducir la tarifa del impuesto de un 5% de utilidades netas a un 1%.
En cuanto al cannabis medicinal, el proyecto prevé tres tipos de licencias, licencias para cultivo y producción las cuales podrán ser otorgadas únicamente a organizaciones de productores agropecuarios, constituidas como centros agrícolas cantonales, asociaciones de pequeños y medianos productores, cooperativas agrícolas o de autogestión o asociaciones de desarrollo indígenas.
Se echa de menos la posibilidad de otorgar estas licencias a empresas nacionales o extranjeras con capital social robusto para el cultivo y producción de cannabis psicoactivo, especialmente cuando uno de los supuestos para obtener una licencia de cultivo y producción es contar con un contrato o acuerdo vigente por escrito para la exportación de su producción a terceros países donde se permite el comercio lícito de cannabis psicoactivo de uso médico o terapéutico.
La segunda licencia se otorgará a laboratorios, para la industrialización o elaboración y comercialización de medicamentos y otros productos de valor agregado para uso médico o terapéutico. Parece ser que esta sería la licencia de mayor auge.
Finalmente, la tercera licencia habilita la producción industrial en pequeña escala o artesanal para pequeñas industrias.
Las tres licencias tendrán un costo, el cual será fijado por la vía reglamentaria, serán incompatibles con el régimen de zona franca e incluso podrán limitarse cuando lo exijan razones de interés público debidamente motivadas.
También será posible establecer vedas o restricciones parciales o totales de estas actividades, cuando, mediante resolución motivada lo estime necesario para resguardar la seguridad y proteger la vida y la salud de las personas y el medio ambiente.
Al proyecto todavía le queda camino, ya veremos si las mociones vía artículo 137 del Reglamento de la Asamblea Legislativa lo modifican de manera sustancial, por ahora, si usted está interesado en incursionarse en el cultivo de cáñamo, deberá cumplir con los mismos requisitos para cualquier otra actividad agrícola.
Si su pretensión es incursionar en el cultivo de cannabis para fines medicinales o terapéuticos, recuerde que si no pertenece a una organización de productores agropecuarios, centro agrícola cantonal, asociación de pequeños y medianos productores, cooperativa agrícola o de autogestión o asociaciones de desarrollo indígenas no podrá obtener una licencia para el cultivo, pero sí para la industrialización. Por ambas deberá cancelar el costo de la licencia, la cual no le permite operar bajo el régimen de zona franca, y además del impuesto de utilidades, tendrá que cancelar un impuesto específico de un 1% sobre su renta neta.
Ya veremos si estas limitaciones contribuyen a la esperada y tan urgida reactivación económica…
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