San José, 10 ago (elmundo.cr) – Mediante un comunicado la expresidenta y los expresidentes de Costa Rica, que fueron elegidos por tres partidos políticos diferentes “con afán de justicia nos unimos entusiasmados a la propuesta efectuada para otorgar el Premio Nobel de la Paz 2024 a los obispos nicaragüenses de Matagalpa y Managua monseñores Rolando J. Álvarez y Silvio J. Báez”.
“Lamentablemente es bien conocido el dolor que está sufriendo el pueblo nicaragüense por las arbitrarias y crueles acciones en su contra que ha venido ejecutando el gobierno de esa querida nación, principalmente a partir de la cruenta represión a las pacíficas manifestaciones de abril de 2018”, detallaron.
Según explicaron “las protestas fueron atrozmente reprimidas por la policía y por organizaciones paramilitares del gobierno. Según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos fueron asesinadas 355 personas en las calles de Managua y de otras ciudades, la mayoría jóvenes que habían salido en pacífica protesta. El gobierno de Ortega y Murillo encarceló arbitrariamente a cientos de personas y se llegó hasta impedir a médicos dar asistencia a los manifestantes heridos que llegaban a los hospitales. Decenas de miles de nicaragüenses emigraron sintiéndose amenazados”.
“Después del fracaso de las conversaciones posteriores a los sangrientos hechos de abril de 2018 continuaron los asesinatos, los heridos, los encarcelados, decenas de miles de nicaragüenses fueron forzados al exilio, totalitarias limitaciones a la prensa…el horror que se vive desde entonces”, lamentaron.
Para los exmandatarios “esa dura realidad incluyó en los últimos años una violenta persecución a la Iglesia Católica con la expulsión y el aprisionamiento de sacerdotes, monjas y religiosos y con el decomiso de sus estaciones de radio y otros medios de comunicación”.
“Desde antes de las manifestaciones de 2018, monseñor Silvio Báez levantó su voz en defensa de la vida, la libertad y los derechos humanos de los nicaragüenses. Sufrió agresiones y tuvo que salir de su país desde 2019 por órdenes del Vaticano ante amenazas contra su vida. Desde entonces en el sur de Florida mantiene su acción en favor del pueblo nicaragüense. Le fue eliminada arbitraria, ilegal e inconstitucionalmente su nacionalidad nicaragüense por el gobierno del presidente Ortega”, recordaron.
De igual forma rememoraron que “monseñor Rolando Álvarez fue arbitrariamente detenido desde agosto de 2022. Cuando se negó a abandonar el país con los 222 prisioneros políticos que desde sus prisiones fueron expulsados a los Estados Unidos de América, se condenó sumariamente al obispo Álvarez a 26 años de prisión, y como a los expulsados se le arrebató su ciudadanía. Recientemente ante negociaciones del Vaticano y el gobierno de Ortega, el obispo de Matagalpa de nuevo se ha negado a abandonar su país, en una nueva muestra de su valor en soportar la cárcel para estar cerca de sus conciudadanos para dar ejemplo de dignidad y sacrificio, y alentar la lucha por la democracia y la libertad”.
“La dedicación en favor de la vida, la dignidad, la libertad y los derechos humanos de su pueblo que han llevado a cabo estos dos prelados es ejemplar”, aseveraron.
“El pueblo de Nicaragua en medio de su terrible opresión requiere el enorme y maravilloso estímulo en su lucha pacífica por la paz y la libertad que significaría el Premio Nobel de la Paz para estos dos obispos ejemplares”, concluyeron.