San José, 20 may (elmundo.cr) – Costa Rica goza de una herramienta única en el país de libre acceso que permitirá enverdecer y proteger la flora y fauna en zonas urbanas de la Gran Área Metropolitana (GAM), facilitando la vinculación de la planificación territorial con los beneficios de la naturaleza en los asentamientos urbanos y ambientes periurbano.
El Atlas de Servicios Ecosistémicos de la Gran Área Metropolitana (GAM), el primero en Centroamérica, fue desarrollado por el Centro Agronómico Tropical para la Investigación y Enseñanza (CATIE), en coordinación con GIZ, Ministerio de Ambiente y Energía (Minae) y el apoyo técnico del Instituto de Estudios Ambientales Helmholtz.
La ministra de Ambiente y Energía, Andrea Meza, indicó que con mapas y estadísticas de la GAM, esta herramienta nutre de información geoespacial a tomadores de decisión y distintos públicos, con el fin de orientarles a identificar e implementar proyectos estratégicos para enverdecer sus cantones, mejorando la calidad de vida de los habitantes urbanos.
Acotó que “este esfuerzo representa la importancia que tiene para el país ser pionero en temas de ordenamiento territorial, lucha contra el cambio climático y mapeo de los beneficios de los servicios ecosistémicos, en especial en una zona como la GAM con sus Corredores Biológicos Interurbanos del Río Torres y María Aguilar, con el fin de promover un desarrollo sostenible y una reactivación económica verde”.
Al destacar la funcionalidad de esta herramienta, Maike Potthast, de la Cooperación Alemana para el Desarrollo GIZ, comentó que “la identificación de sitios de conflicto, combinados con estadísticas demográficas, permite establecer estrategias que contemplen a la naturaleza como eje trasversal para mejorar las condiciones de vida de los habitantes de nuestras ciudades. Este atlas representa una herramienta efectiva para repensar el ordenamiento territorial desde esta perspectiva integral: naturaleza, personas y desarrollo”.
En ese contexto, la herramienta ayuda a identificar sitios donde la presencia de naturaleza genera variados beneficios para los habitantes, tales como espacios de recreación y producción de alimentos y un microclima más agradable posibilitando determinar estrategias para conservarlos en el largo plazo.
Finalmente, indicó que facilita la identificación de regiones con poca vinculación con los servicios ecosistémicos para la futura búsqueda de soluciones de infraestructura verde.
