El Avestruz es un ave corredora originaria de África que no puede volar por el tamaño muy reducido de sus alas, cuyas plumas debido a sus hermosuras son muy codiciadas y vendidas. Contrariamente y erróneamente se le achaca al animal de que oculta para no ver, sin embargo entierra su cabeza y su cuello en la tierra, para defenderse de los depredadores los cuales pueden solamente divisar sus plumas que confunden con una mata de vegetación.
Los hombres no tienen plumas y solamente las usaban unos aborígenes muy valiosos y luchadores en sus territorios, de los cuales fueron despojados, casi exterminados y marginados; por unas y no pocas pesetas.
A propósito de la mimetización cabe mencionar, con no mucho respeto; a los políticos corruptos y a los “choriceros” de siempre, quienes se defienden de los acusadores con un “Yo no fui”, “Renunciaré ¿cuándo? el señor presidente me lo pida”, “No lo conocí”, por consiguiente no hay forma de que suelten el “hueso” ni que se marchen con un empujón, no se arrugan y siguen adelante como si nada. Es de esperar que nuestras futuras generaciones de jóvenes no tengan que ocultarse, por el contrario actúen con las cabezas en alto; como honrados costarricenses y sobretodo con dignidad.
—
Los artículos de opinión aquí publicados no reflejan necesariamente la posición editorial de EL MUNDO. Cualquier persona interesada en publicar un artículo de opinión en este medio puede hacerlo, enviando el texto con nombre completo y número de identificación al correo redaccion@elmundo.cr.
