Vapeadores y cigarros electrónicos: ¿por qué deben estar normalizados?

» Por José Adrián Arroyo - Gestor de normalización en INTECO

En los últimos años, los dispositivos electrónicos como cigarros y vapeadores, se han convertido en una moda entre jóvenes y adultos, quienes lo ven como una alternativa al tabaco tradicional, y ha generado preocupación en diferentes áreas de la salud social.

Costa Rica no se escapa de esta situación, sin embargo, desde el Instituto de Normas Técnicas de Costa Rica (INTECO), en su rol como Ente Nacional de Normalización, ha generado instrumentos que puedan garantizar la calidad de estos productos.

Las opiniones a nivel nacional están muy dividas: una parte de la población considera que el impacto de los vaporizadores para dejar de fumar es menos nocivo que el consumo de tabaco; otra parte considera que no se debe promover bajo esa premisa el consumo de un producto nocivo para la salud.

Además, la Organización Mundial de la Salud (OMS), por su parte, señala que los líquidos para vaporizadores pueden o no contener nicotina (pero no tabaco), aunque también suelen contener aditivos, sabores y productos químicos que pueden ser tóxicos para la salud.

Con este panorama en la mira, el Comité Técnica Nacional CTN 44 SC 11 Productos y Sistemas Alternativos de liberación de nicotina, conformado por todas las partes interesadas en este ámbito: intermediarios, prestadores de servicios, consumidores, organizaciones sectoriales y Gobierno, gestionaron normativas nacionales para velar por el bienestar de las personas consumidoras.

Es importante que los productos electrónicos tengan en su etiquetado información mínima que mantenga informado a quienes lo consumen acerca de los componentes, para eso las empresas productoras pueden respaldarse y guiarse en la norma INTE Q191:2021.

Los requisitos y recomendaciones para la fabricación, importación, etiquetado, comercialización y venta de productos de vapeo (PV) incluidos los cigarrillos electrónicos, e-shisha, y productos directamente relacionados, se establecen en la norma nacional INTE Q188:2021.

Esta, formula una guía que se enfoca en la pureza de los ingredientes del líquido electrónico en la fabricación, los contaminantes que surjan de los materiales del dispositivo y las emisiones potenciales de la operación del dispositivo, la seguridad eléctrica y los metales y carbonilos en las emisiones. En la cual, se describe una solución líquida de prueba y un resumen para los análisis toxicológicos y químicos de las emisiones y da una guía para la seguridad de las baterías y los cargadores.

Algunos de los líquidos que puede contener un vaporizador son: propilenglicol, glicerol y nicotina, los cuales han generado una amplia discusión acerca de sus riesgos para la salud. Es aquí donde la norma INTE/ISO 20714:2020 juega un papel fundamental al especificar un método analítico para cuantificar el contenido de estas sustancias para cigarrillos electrónicos mediante cromatografía de gases.

Es importante tomar en cuenta que, si bien la FDA no ha aprobado estos productos, asegurarse que cuenten con una norma técnica y ser certificados por estas puede contribuir en su calidad de elaboración y un riesgo menor para aquellas personas que los utilicen.

Los cigarrillos electrónicos y/o vaporizadores son nocivos para la salud, es una realidad, no estamos hablando de un producto saludable debido a que su uso es por inhalación y los líquidos utilizados pueden o no tener nicotina, pero normas como la INTE Q188 vienen a establecer requisitos de seguridad, calidad e información mínima para el usuario considerando un rango de nicotina máximo de 2,5%, mucho menor, en comparación con los cigarrillos convencionales de combustión de tabaco que existen desde el siglo XIX.

Los cigarrillos convencionales de combustión de tabaco son, por referencias e investigaciones históricas consolidadas, increíblemente nocivos para la salud, ya que en comparación con los cigarrillos electrónicos que vaporiza un líquido, al consumir el cigarrillo de combustión estamos inhalando humo, tabaco quemado (ceniza), y concentraciones de nicotina increíblemente mayores, además de una gran cantidad de toxinas cancerígenas.

Por lo cual, aunque los vaporizadores o cigarrillos electrónicos siguen siendo un producto no saludable, son enormemente menos nocivos para la salud, que un cigarrillo convencional de combustión, que históricamente se ha convertido en un producto mortífero y el ser humano no ha podido dejar de consumir ni de comercializar.

Los artículos de opinión aquí publicados no reflejan necesariamente la posición editorial de EL MUNDO. Cualquier persona interesada en publicar un artículo de opinión en este medio puede hacerlo, enviando el texto con nombre completo, foto en PDF de la cédula de identidad por ambos lados y número de teléfono al correo redaccion@elmundo.cr, o elmundocr@gmail.com.

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