Tiempos de decisiones difíciles

Janekeith Duran Las últimas semanas he estado redefiniendo todo lo que quiero y no quiero para mi vida. Escribo esto desde lo más profundo de mi corazón, con la mayor de las sinceridades y con la nostalgia y a la vez esperanza que a veces implica una difícil decisión.

Siempre supe que mi ideal innegociable de construir una Costa Rica de derechos y oportunidades para todos y todas sin discriminación alguna, no sería fácil. Al contrario, sería difícil, frustrante, desgastante y duro, mental y emocionalmente.

En este camino de sacrificio personal, trabajo, frustración y pequeñas pero importantes glorias alcanzadas, he encontrado a verdaderos amigos a pesar de lo carroñera que puede ser la política tradicional. A ellos, mis mejores deseos en este camino que en algún momento nos trazamos juntos.

Hoy, con la mayor de las sinceridades, con el sinsabor de haber dado todo y no haber conseguido lo suficiente por una causa que es más grande que yo mismo, que un grupo de personas y que aspiraciones personales de cualquier tipo, tomo una increíblemente difícil decisión, no basada en lo que he logrado o no, sino en las condiciones aparentemente irreparables de un partido.

Con todas mis fuerzas traté de construir desde Liberación Nacional. No pude. Pero no me voy sintiéndome derrotado. Me voy, porque mi trabajo en materia de derechos humanos fue insuficiente y seguirá siendo insuficiente hasta que este partido no decida desterrar lo peor de sí mismo para una seria, compleja y total refundación de la mano de los jóvenes que continuarán dando su lucha allí. Estoy seguro de que hay personas cuyo ideal es ese y les deseo la mayor de las suertes, porque la necesitarán.

Hoy comienza una nueva etapa en mi vida. La de construir una Costa Rica donde nadie se quede atrás, donde las personas sean la razón de ser, el centro de la política y no instrumentos que respondan a aspiraciones personales fundamentadas desde las peores formas de hacer política.

Mi trabajo en política y lo que seguiré trabajando está en función únicamente de una agenda, no de aspiraciones particulares mías o de otros. Esta agenda es la de construir una Costa Rica de derechos y oportunidades para todos y todas sin discriminación alguna. Esta agenda es lo que me mueve y seguirá moviendo, en cualquier escenario posible. Porque está agenda, este ideal, mis profundos principios y valores personales, son irrenunciables y nunca serán negociables.

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