Singapur: Lo bueno, lo malo, y lo feo de la “dictadura perfecta”

Singapur es un país ubicado en el Sudeste asiático. Al día de hoy, tiene una población de casi seis millones de habitantes. Esas casi 6 millones de personas viven en una superficie de apenas 750 kilómetros cuadrados, lo que matemáticamente hablando se traduce en que es un Estado 68 veces más pequeño que Costa Rica. Esta nación insular, hace poco más de 50 años, era una de las más pobres de la región. Su nivel de desarrollo en aquella época era comparable al de las regiones del África subsahariana. Estaba dominada principalmente por la corrupción, el desempleo, la pobreza, la criminalidad y la suciedad. Hoy en día, es uno de los países más ricos a nivel global.

Los métodos para lograr esto, aunque cuestionables, han transformado a Singapur en un ejemplo de eficiencia y desarrollo económico. El Partido de Acción Popular (un partido ubicado en la derecha política), ha dominado el espectro político prácticamente desde la independencia del país en 1965 y ha sido el principal artífice de las grandes reformas que han convertido al país en la nación próspera que es hoy. Su fundador, Lee Kuan Yew, gobernó como primer ministro desde 1959 hasta 1990, acumulando 31 años en el poder y dejando una huella indeleble en el desarrollo del país.

A pesar de esto, muchos se preguntan si el precio de este éxito ha valido la pena; especialmente cuando se trata de ciertas libertades civiles y la concentración del poder. Estas mismas preocupaciones han hecho que personas señalen a Singapur como una “dictadura” y por lo tanto es un régimen “malo”.

¿Será esto cierto?

Analicemos entonces, tal como lo dice el título de este artículo de opinión, lo bueno, lo malo y lo feo de Singapur; conocida también por otros como la “dictadura perfecta”.

Lo bueno:

  • Desarrollo económico y social: Como dije en la introducción, Singapur pasó de ser un país pobre a una de las economías más prósperas del mundo. Su PIB ha crecido sostenidamente, convirtiéndolo en un centro financiero global. De hecho, desde hace años en el Índice de Libertad Económica, el país ocupa la posición #1 de manera global; consolidándose así como la nación donde es más fácil realizar negocios. Además, han logrado reducir la pobreza, al punto de que no existe un porcentaje oficial; aunque se estima que solo 1 de cada 10 familias tienen bajos Del mismo modo, el desempleo se mantiene bajo, alcanzando apenas un 1.9% en el tercer cuatrimestre del año pasado.
  • Gestión pública eficaz y transparente: Singapur es reconocido por su baja tasa de corrupción, la cual es castigada con mano dura; y por su alta eficiencia gubernamental, fundamentada en la meritocracia. Su legislación anticorrupción y un servicio civil altamente capacitado han permitido una administración eficaz y Esto ha fortalecido la confianza de la población en sus instituciones y ha sido clave para una gobernanza efectiva. Reflejo de lo anterior fue distinguido en el Índice de Eficacia del Estado 2023, donde Singapur obtuvo el 1er puesto.
  • Excelencia en el sistema de educación: Número #1 en el informe PISA 2022, una evaluación trienal que mide el desempeño educativo de estudiantes de 15 años en comprensión lectora, matemáticas y ciencias. Singapur dominó las tres áreas, superando a países como China, Japón y Taiwán. No por nada, en el QS World University Rankings 2025, la Universidad Nacional de Singapur ocupó el 8.º lugar y la Universidad Tecnológica de Nanyang el 15.º, consolidándose entre las instituciones de educación superior más prestigiosas del mundo.
  • Tasa de inseguridad baja (casi nula): Singapur es considerado como uno de los países más seguros del planeta. En 2023, la tasa de homicidios fue de 0,07 por cada 100.000 habitantes, una de las más bajas a nivel global. En 2025, según el Índice de Seguridad hecho por Global Residence Index, Singapur se posicionó como la séptima ciudad más segura del mundo. Además, su tasa de homicidios en ciudades es de apenas 0.2% y su riesgo de seguridad se mantiene bajo en 0.25%. Este entorno seguro es resultado de estrictas leyes y una aplicación rigurosa de las mismas, lo que ha generado una sociedad con bajos índices de criminalidad.
  • Servicio de salud pública de calidad: El país cuenta con un sistema de salud reconocido a nivel global por su alta calidad y eficiencia en la sanidad pública. Este modelo se basa en una combinación de subsidios gubernamentales, ahorro obligatorio y control de precios, lo que garantiza una cobertura sanitaria universal. Los ciudadanos y residentes deben contribuir a planes de ahorro médico, como MediShield Life, asegurando así el acceso a servicios médicos cuando sea necesario. A diferencia de Costa Rica, el servicio se da lo más pronto posible y no hay que esperar una eternidad para ser atendido.
  • Altos índices de paz, desarrollo humano, y vida: El Índice de Desarrollo Humano de Singapur en 2022 fue de 949 (la nota más alta posible es 1), ubicándolo entre los países con mayor desarrollo a nivel mundial. Este indicador refleja los avances significativos ya mencionados en salud, educación e ingresos, contribuyendo a una alta calidad de vida para sus habitantes. Incluso, según el Índice de Paz Global 2024, Singapur es el 5to país más pacifico del planeta, siendo solo superado por Nueva Zelanda, Austria, Irlanda, e Islandia.
  • Innovación tecnológica: Singapur se ha consolidado como un líder en innovación y desarrollo tecnológico, atrayendo a empresas y talentos de todo el mundo. Su estrategia Smart Nation impulsa el desarrollo de ciudades inteligentes, transporte autónomo y una infraestructura digital avanzada. Con fuertes inversiones en inteligencia artificial, biotecnología y automatización, el país alberga más de 4,600 startups activas en sectores tecnológicos, contribuyendo significativamente a la innovación y al crecimiento económico.
  • Compromiso con el medio ambiente: A pesar de su alto nivel de urbanización, este país es un referente en sostenibilidad y conservación del medio ambiente. Ha implementado estrictas políticas de control de emisiones, promueve el uso de energías renovables y desarrolla iniciativas innovadoras como los supertrees (iguales a los de la imagen usada para este artículo) y los techos verdes para mitigar el impacto ambiental. De esta manera, se integra la naturaleza en el entorno urbano mediante la creación de espacios verdes y la conservación de la biodiversidad, consolidándose como un verdadero modelo de desarrollo sostenible a nivel global.
  • Desarrollo sostenible y orden: Y hablando de desarrollo sostenible, gracias a su planificación urbana eficiente y sus políticas de vivienda pública de alta calidad, Singapur garantiza un crecimiento ordenado y sostenible. Como la ciudad-estado que es, equilibra el desarrollo económico con la preservación del entorno, ofreciendo infraestructura moderna y un sistema de transporte público de primer nivel. Además, el alto nivel de cumplimiento de la ley por parte de sus ciudadanos contribuye a mantener el orden y la limpieza en el país. Esto se refleja mucho en prácticas como el respeto por el tráfico vehicular y la prohibición de ensuciar las calles.
  • Diversidad multicultural: Singapur es una nación multicultural donde conviven diversas etnias y culturas, incluyendo chinos, malayos, indios y otras comunidades. Esta diversidad se refleja en sus calles a través de una vibrante escena cultural, gastronómica y religiosa, enriqueciendo la experiencia de vida en la ciudad-estado. La convivencia armoniosa es posible gracias a la apreciación cultural entre todas las partes y un sistema educativo multilingüe, lo que fortalece su identidad global y fomenta tanto la tolerancia como el respeto mutuo.

Lo malo:

  • Restricciones en la libertad de expresión: Desde que el parlamento aprobó en 2019 una ley llamada Ley Contra las Noticias Falsas, el poder ejecutivo tiene la facultad de “rectificar o corregir” cualquier información que considere falsa o que pueda “deteriorar la confianza pública en el gobierno”. Por ejemplo, un periodista o medio digital que quiera decir lo que se le antoje puede llegar a tener muchos problemas. Incluso este artículo que usted lector está leyendo en este momento, si lo hiciera en Singapur, tratara de publicarlo en ese país, me descubren, y no gusta entre las autoridades, existe la posibilidad de que me declaren como un convicto y por lo tanto podría ir a la cárcel.
  • Control de la prensa: Esta va un poco tomada de la mano con la anterior. La gran mayoría de los medios de comunicación en Singapur están alineados con el gobierno, por lo que la influencia del Estado en la información que se difunde es significativa. Si bien es cierto, a diferencia de otros países, el derecho a la vida no es algo que se vea en peligro por causa de la autocensura, hay reportes de blogueros y periodistas independientes que han sido objeto de procedimientos judiciales debido a este mismo control sobre la información y las narrativas oficiales. Esto se refleja en la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa 2024, donde el país obtuvo una puntuación de 47.19; posicionándose en la casilla 126 de 180 naciones

Lo feo:

  • Deuda externa por las nubes: La deuda externa de Singapur alcanzó un récord de 2,153 mil millones de dólares en septiembre de En 2023, esta deuda representó el 391.1% del PIB nominal, reflejando la alta dependencia del país en financiamiento externo. Sin embargo, este elevado endeudamiento no indica una crisis, sino que responde al papel de Singapur como un centro financiero global, donde la captación de capital extranjero es clave para su modelo económico basado en el comercio y la inversión.
  • Todo es muy caro: Singapur es reconocido como uno de los lugares más caros del mundo. Según datos, los costos mensuales estimados para una familia de cuatro personas ascienden alrededor de los 11.000 dólares singapurenses (más o menos un poco más de 4 millones de colones), mientras que para una persona sola rondan los 7.000 dólares singapurenses (por ahí de los 2.6 millones de colones). Estos elevados costos se reflejan en diversos aspectos de la vida diaria, como la vivienda, la alimentación y el Aunque en general, los salarios en Singapur son muy altos; por lo que los nacionales no suelen tener problemas para costear sus vidas y las de sus familias.

Ahora bien, ya para concluir, reflexionemos:

¿Es una dictadura?

Yo personalmente más bien le diría régimen híbrido.

¿Es tan “mala” como algunos así lo piensan?

Depende desde dónde se mire. Creo que eso ya queda al criterio de cada quien. Para algunos, podría representar un enemigo a la democracia; para otros, sería un sinónimo de estabilidad y resultados concretos.

¿Se podría haber hecho exactamente lo mismo pero con un sistema donde hubiese más rotación del poder y menos restricciones?

Tal vez sí, tal vez no. La realidad es que nunca lo sabremos. Lo hecho, hecho está.

A pesar de las críticas que se puedan generar, la realidad aquí y ahora es innegable, y es que Singapur pasó de ser nada a mucho en tiempo récord. Se convirtió en uno de los centros financieros, comerciales y tecnológicos más prósperos del mundo, demostrando que el desarrollo no es cuestión de recursos naturales o politiquería barata, sino de visión, voluntad, estrategia y disciplina. También se ha consolidado como un referente mundial en educación, salud, desarrollo y estabilidad, ofreciendo un balance entre orden, innovación y crecimiento económico.

Esto no lo digo yo, lo dicen los números y la realidad del país. Su modelo ha generado un crecimiento sostenido, altos estándares de vida, seguridad, y un gobierno eficaz. Claramente, este éxito no ha estado exento de cuestionamientos, lo cual es totalmente entendible y aceptable. Personalmente, considero que debe haber alguna manera de permitir la diversidad de opiniones, ideas y el debate público, especialmente en lo que respecta a las restricciones en libertades civiles y la concentración del poder en un solo partido político. En última instancia, no me queda la menor duda de que Singapur es un caso fascinante y un ejemplo de cómo, con planificación estratégica, liderazgo firme y políticas públicas orientadas a la eficiencia, un país pudo transformar radicalmente su realidad económica y social de manera extraordinaria.

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El autor es estudiante universitario del Bachillerato Bilingüe en Relaciones Internacionales en la Universidad Latinoamericana de las Ciencias y la Tecnología (ULACIT).

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