El volcán Turrialba fue cerrado en el año 2012, debido a que incrementó su actividad volcánica, pasando ligeramente de fumarolas a erupciones freáticas de intensidad moderada, alertando a las instituciones pertinentes y responsables sobre su particular comportamiento.
Esto supuso un monitoreo constante por parte de los funcionarios del Observatorio Vulcanológico y Sismológico de Costa Rica (OVSICORI), la Red Sismológica Nacional (RSN) y la Comisión Nacional de Emergencia y Prevención del Riesgo (CNE), por medio del Comité Asesor Técnico en Vulcanología (CAT), que recomendaron el cierre total de la visitación al Parque Nacional y las implicaciones económicas conocidas.
Ocho años después y seguros de que el volcán Turrialba disminuyó su actividad de forma considerable, la primera dama Claudia Dobles impulso su apertura en coordinación con las instituciones que monitorean su actividad y conjuntamente con el gobierno local inauguran su reapertura, para reactivar la economía local y favorecer los emprendimientos cercanos a la zona mediante el turismo.
También destacan algunas mejoras realizadas dentro del parque Volcán Turrialba, como la remodelación del portón de ingreso, la casetilla para la atención de visitantes y la reparación de servicios sanitarios.
Adicionalmente, cuenta con la construcción de barandales en la zona del mirador y de siete áreas de protección, las cuales cubren el trayecto de ascenso desde la caseta de atención a visitantes hasta el mirador de cráteres y el sendero Chusquea, entre otras mejoras realizadas.
Tanto por la pandemia y el deterioro económico, como por las medidas que el Gobierno ha debido tomar, Turrialba vive uno de las mayores incertidumbres, abandono y olvido, jamás vista, en una región tan rica en recursos naturales, materiales y humanos, del que ha sido víctima este pueblo.
Esta desalentadora realidad ratifica la necesidad de que el gobierno local proponga un plan de reactivación económica y social, fundamentada en la reanimación de algunos sectores productivos y en la implementación de otras estrategias para los sectores agrícola, pecuaria, piscícola, avícola y turismo comunitario.
La Municipalidad debe impulsar un plan de reactivación del agro, a través de un programa integral de asistencia técnica agropecuaria, políticas de educación, juventud y mujer rural, inversión en ciencia, tecnología e innovación para el desarrollo rural, financiación y fomento agropecuario, infraestructura social para el campo (vivienda, alcantarillado, saneamiento básico y servicios públicos).
Por último, Turrialba sigue siendo agrícola, y el sector agropecuario merece especial atención, su reactivación, será el resultado de un proceso incluyente y participativo, de formulación y ejecución de políticas que dinamicen todo el potencial agro-productivo de la región, sumando esfuerzos para reactivar el agro, como una actividad económica rentable.
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