Los fundadores de Internet comenzaron con un objetivo muy claro en mente. Querían asegurarse de que su sistema les diera a las personas control total sobre lo que creaban y compartían en línea, por lo que las primeras versiones de las herramientas web se diseñaron sobre estos principios, sin embargo, décadas después, nos encontramos con un internet totalmente tomado por las grandes corporaciones exponiéndonos con nuestros datos privados; por ejemplo, el 40% de los datos del mundo están en manos de gigantes como Amazon y Google. Controlan cómo nos comunicamos, lo que vemos en línea y lo que otras personas saben sobre nosotros.
Ahora internet está centralizado, controlado por los pocos grandes jugadores que comercializan Internet como un servicio Dios sabe por qué. El Internet original no era así en absoluto.
Al principio, Internet era solo una conexión entre 2 computadoras. En su mayoría atendía a estudiantes, quienes se conectarían entre sí a través de una conexión telefónica conociendo el número de teléfono de esa computadora. Llamamos a esto la web 1.0.
Posteriormente, los proveedores de servicios de Internet, Microsoft con Windows, navegadores y más, encabezaron el uso de la tecnología web y gracias a eso obtuvieron el control de millones de computadoras y la navegación de millones de personas en todo el mundo. Cuando se comercializó Internet, el resultado fue la centralización, es decir, la web 2.0, dónde estamos ahora.
También vemos numerosos ejemplos de redes sociales como Facebook que cuenta con más de 2 mil millones de usuarios mensuales. No se puede hablar de Internet sin mencionarlos, porque es uno de los medios de comunicación mas grandes del planeta y en los últimos años, el contexto de la discusión mundial se ha desplazado hacia Facebook.
Si hasta ahora no has podido ver los riesgos asociados a esto más allá de lo que siempre se suele hablar, como la privacidad, te pongo un ejemplo, como es el caso de Donald Trump, en el que una red social igualmente enorme como Twitter decidió censurarle, más allá de si simpatizamos o no con el ahora expresidente de Estados Unidos, es importante reconocer que estos gigantes tecnológicos tienen el poder de manipular la información que vemos, censurar lo que escuchamos y controlar las libertades individuales impidiendo que ejerzamos nuestros derechos fundamentales como la libertad de expresión. En ese momento, la cuenta del presidente Trump tenía un alcance de más de 88 millones de personas.
La centralización es una gran amenaza para nuestros datos y libertades individuales porque estamos al alcance de grupos manipuladores que tienen el poder. Tenemos que resistir y garantizar nuestra propia seguridad promoviendo y adoptando la descentralización.
Internet 3.0 ofrece una solución a múltiples amenazas derivadas de la centralización gracias a tecnologías como Blockchain. Por ejemplo, gestionar la moneda o el dinero de forma independiente gracias a las finanzas descentralizadas o DeFi. Esto nos dará la oportunidad de operar con dinero digital en un entorno no centralizado y sin custodia y tener más control que nunca sobre nuestras finanzas e información sin estar constantemente a merced de las grandes corporaciones y gobiernos, dándonos un verdadero derecho a la libertad de transacción, vemos la importancia de avances como este con el caso reciente de Canadá donde, bajo la ley marcial, invalidaron los derechos de las personas y desbancarizaron y congelaron las cuentas de los involucrados en una protesta, lo cual es un completo abuso de poder por parte del gobierno que deja de lado los métodos democráticos.
Web 3.0 está poniendo el control donde corresponde: en manos del pueblo. Esta tecnología está dando lugar a algunas características excelentes, como organizaciones autónomas descentralizadas (DAO). Por ejemplo, las DAO parecen estar preparadas para revolucionar la forma en que se administran los gobiernos y las empresas. Esto se debe a que son una alternativa más eficiente, democrática y justa a la actual estructura de gobierno.
Como resultado, las DAO pueden reemplazar muchas de las funciones que actualmente realizan los gobiernos y las grandes corporaciones, un ejemplo de esto son los contratos inteligentes que se pueden usar para automatizar la ejecución de acuerdos o ejecutar transacciones automatizadas sin intervención humana, dando paso a una mayor transparencia, cero corrupción y democracias más fuertes en los gobiernos.
Blockchain está comenzando a ser adoptado por países de todo el mundo, por ejemplo, Sudáfrica está creando una nueva moneda respaldada por el gobierno basada en su sistema Blockchain, al igual que Venezuela, que la está utilizando para rastrear alimentos y medicamentos, también tenemos el ejemplo de Filipinas que comenzó a aceptar pagos en criptomonedas para todos los impuestos este año y Nayib Bukele impulsando el bitcoin como moneda de curso legal en su país, rechazando la idea de sustituirlo por una moneda tradicional. El Salvador ha demostrado que el uso de criptomonedas es una forma de salir de la pobreza y dejar de depender del sistema financiero paralizado que ha fallado a tantos durante tanto tiempo.
Vemos entonces que la web 3.0 está en perfecta sintonía con la promoción de las ideas de la libertad y los derechos humanos. En cierto sentido, es la máxima promesa de defensa del individuo contra gobiernos totalitarios o corporaciones corruptas.
El mundo está cambiando a un ritmo sin precedentes y el poder de una sociedad libre está siendo desafiado. Sin embargo, estos desafíos no son algo a lo que temer. Necesitamos entender la raíz de este cambio, para que podamos encontrar formas de proteger nuestra libertad y desarrollarla, la Web 3.0 es solo la punta del iceberg, ¡Pero hacer este cambio y seguir adelante con él, beneficiaría a la humanidad a pasos agigantados!. Al comprender cómo llegamos a este punto de la historia, podemos aprender cómo avanzar hacia el futuro y hacer un mundo mejor.
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