En dos oportunidades he tenido la oportunidad de incursionar en la política nacional y estoy seguro que es el arte de servir a los que más necesitan, pero con frecuencia la palabra emprendimiento ha sido una de las más utilizadas por los políticos durante la crisis económica. Durante este período se han lanzado iniciativas para facilitar la puesta en marcha de proyectos que ayude a reducir la burocracia; no obstante, detrás de esas iniciativas no pasamos buenas intenciones, ya que nuestro país cuenta con un gran archipiélago institucional, una burocracia que nunca acaba y no logramos darle la mano al emprendedor de a pie para que caminen a la formalidad justa y equitativa.
Casi todos los nuevos negocios y empresas que se ponen en marcha hoy en día son de base tecnológica gracias a la corriente que ha creado en todo el mundo ese idealizado lugar llamado Silicon Valley, donde están ubicadas algunas de las compañías más exitosas del mundo, como Google, Facebook, Yahoo! o Cisco, multinacionales que empezaron siendo pequeños proyectos casi todos nacidos en un garaje y que ahora prácticamente dominan el mundo. Gracias a esto muchos emprendedores sueñan seguir estos pasos y pierden la visión de la creatividad y potencial que tienen en sus manos pensando en crear el próximo unicornio(el gran proyecto millonario).
La OIT nos dice que los trabajos del futuro aún no se han inventado, por eso el mundo está a las puertas de la cuarta revolución industrial, una revolución que va a cambiar las formas de trabajar en casi todos los ámbitos, y los países deben estar preparados si quieren participar de ella y no quedarse fuera.
Por todo ello, la innovación y el emprendimiento cada día son más importantes en cualquier sociedad, sobre todo en las desarrolladas, pues como se ha visto en los países emergentes, cualquier pequeño fallo puede dejarte a la cola de la vanguardia mundial y aumentar la desigualdad y la pobreza dentro del país. ¿Y dónde repercutiría directamente? En las exportaciones. Si los productos nacionales no tienen ese valor añadido, innovador y disruptivo que se va a exigir a partir de ahora, los estados extranjeros no querrán comprarlos, lo que causaría un grave daño a la economía. Muchos dirán, los emprendedores aún no están en ese nivel de exportación, yo les aseguro que si lo están lo que sucede es que estamos creando emprendedores de ferias y los dejamos en una zona de confort donde no los retamos. En conclusión, el mundo ha dado un giro de 180°, si las empresas no se reinventan o se adaptan a los nuevos cambios para la reactivación económica se verán afectadas a largo plazo. La innovación es necesaria para obtener oportunidades de mercado, ya que esta crisis ha obligado a la rápida adaptación y transformación en los negocios, por lo que la innovación es una alternativa efectiva para que las empresas se adapten a estos cambios y momentos de incertidumbres.
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