“Pinocchio il bugiardo”

Por Luigi Rebecchi Pannelli

La mentira en Italia no tiene la misma importancia y el valor que en los Estados Unidos de América, donde; en algunos casos es penada por la ley. “¡No digas mentiras porque te va a crecer la nariz como a Pinocchio!” ha sido la amenaza que un tiempo los niños de la península recibían de sus madres, hasta que a la postre se hicieron adultos y; especialmente algunos políticos se olvidaron de las recomendaciones de sus progenitoras.

El teatro Massimo de la ciudad de Palermo puso en escena la ópera lírica “Pinocchio”, que de lírica no tuvo nada y menos de “operetta”; en resumen y en buen tico no fue “ni chicha ni limonada”. Contrariamente a  prestigiada tradición operística de los protagonistas del “bel canto”, la música resultó aburrida y monocorde sin visos de referencia a la historia para niños; que escribió Carlo Lorenzini, al siglo Carlo Collodi, que en dos palabras es la historia de un niño títere que miente a Geppetto su papá adoptivo y le crece la nariz. Al niño actor le pusieron una nariz ficticia en la frente que lo hizo parecer un Unicornio, mientras que pusieron en escena una abogada y unas juezas y jueces, detrás de unos bancos que lo mismos, vestidos con unas togas empujan de un lado a otro, arengando al estilo de unos inquisidores al pobre “burattino” como si fuera un asesino; repitiendo un guion inapropiado con una pésima dicción, además de un canto carente de claros oscuros, muy poco accesible a los mismos infantes. Que el respetable público del “palomar”; sea el verdadero juez.

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