Otra visita del FMI a nuestro país

Dicen las noticias que ahora en octubre 2023 vuelve el FMI a revisar las leyes y políticas económicas que ha puesto en práctica nuestro país, básicamente, todo lo relativo al control del gasto público. Eso incluye, obvio, entre otras cosas, el cumplimiento de la regla fiscal y la aplicación e implementación de la ley del empleo público, sin excepciones.

Debe ser muy difícil para los extranjeros venir a descubrir los problemas económicos de Costa Rica. Y más difícil aún, debe ser tratar de resolverlos. Debe ser por eso que desde hace muchos años seguimos siendo clientes frecuentes del FMI y todavía continuamos sin resolver nada.

Pero si el FMI quiere realmente ayudarnos, se van a dar cuenta rápidamente que las soluciones para los problemas de Costa Rica, son muy fáciles. El FMI sin mucho esfuerzo, debe darse cuenta rápidamente, que la mitad de los problemas económicos de Costa Rica, son por culpa precisamente de la enorme, creciente, inmanejable e impagable deuda pública, aparte de la enormidad de sus intereses, que solo se omiten en algunas razones financieras seguramente por conveniencia, pero igual hay que pagarlos.

El FMI debe llegar a saber que el deporte nacional de los políticos es pedir prestado para cualquier cosa. Préstamos que en su mayoría son innecesarios, inútiles y mal utilizados y además, es muy fácil pedirlos porque de por sí los ejecutan otros y los tendrán que pagar también, otras generaciones. Hasta nos dicen que muchos préstamos son solo para cambiar deuda cara por deuda barata.

El FMI debe darse cuenta rápidamente, que la otra mitad de los problemas de Costa Rica, es por el tamaño y los privilegios sin fin del sector público y las repúblicas independientes, propiciado desde hace muchos años por la mala interpretación y abuso de las convenciones colectivas y, por la falta de sanciones a los responsables. Hasta la evasión fiscal y otros problemas menores de Costa Rica, son producto de la ineficiencia y privilegios sin fin del sector público. Hasta la OCDE ha insistido sobre este tema.

Las soluciones para Costa Rica son muy fáciles. No más préstamos. No más impuestos. Eficiencia y coordinación en los tres poderes de la República, en vez de comportarse como otras repúblicas independientes y, control por fin del gasto público.

Tal vez no esté dentro de los objetivos de esta intervención del FMI, pero la solución para Costa Rica no está en más impuestos ni más préstamos. Solamente hay que controlar por fin el gasto público. Hasta la OCDE ha insistido sobre este tema.

Costa Rica necesita por fin, eficiencia en los 3 poderes de la República. Para eso necesitamos más instituciones como el FMI, para que sigan presionando a los gobiernos de turno a cumplir con metas de eficiencia. Ojalá la OCDE y otras instituciones, también exija el cumplimiento de más requisitos. Según las últimas noticias, Costa Rica se ha mantenido en el mismo nivel de deuda pública. Sin embargo, ya hacen fila otra vez todas las instituciones públicas para continuar pidiendo beneficios salariales y exclusiones de todas las leyes que pretendan controlar sus niveles del gasto.

Está claro que el papel mundial que juega el FMI es muy importante y necesario. Inclusive podemos hasta afirmar que el FMI es relativamente justo, en el tanto que sabemos que sus financiamientos no pretenden el lucro propio con sus intervenciones.

Pero en el caso de su intervención en Costa Rica, aunque es probable y ojalá que el FMI tenga en mente una variedad de objetivos, necesitamos que entre sus objetivos esté, por sobre todos los demás, el beneficio de nuestro país, el beneficio de todos los costarricenses. Sí se puede ser imparcial y objetivo.

En ese sentido y en la situación actual, no necesitamos ni más préstamos ni más impuestos. Necesitamos por el contrario, urgentemente, por fin, eficiencia y más y mejores controles del gasto público. Desde hace muchos años, los costarricenses padecemos de una epidemia de repúblicas independientes y de fugas por todos lados, de los recursos públicos.

Seguimos esperando que las auditorías internas, contralorías y demás instituciones encargadas del control del gasto público, recuerden por fin, que su trabajo es muy importante y necesario para Costa Rica, aunque sus salarios y privilegios sean pagados por cada institución pública, su deber es con Costa Rica, porque de lo contrario nunca van a alcanzar ni más préstamos ni más impuestos para cubrir tantas y tantas fugas de los recursos públicos.

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