Este año, la conmemoración del Día Mundial de la Tierra nos invita asumir un compromiso real para acabar con los plásticos, por el bien de la salud humana y planetaria.
El llamado es claro: lograr una reducción del 60% en la producción de todos los plásticos, para el año 2040. Esta, es una problemática que va más allá de un problema ambiental inminente; se trata de una grave amenaza para la salud humana, tan alarmante como lo es el cambio climático.
Los datos son alarmantes: solo el año pasado, se produjeron en todo el mundo más de 500 mil millones de bolsas de plástico, es decir, un millón de bolsas por minuto.
Esta situación, debe motivarnos a hacer conciencia sobre la amenaza a la que nos enfrentamos y, sobre todo, a reflexionar sobre qué estamos haciendo cada uno de nosotros, para disminuir nuestra huella ambiental.
Muchas son las acciones que podemos realizar y desde diversas áreas, pero, enfocándonos en el campo de la alimentación y el consumo, es claro que urge la implementación de hábitos alimentarios más saludables y sostenibles.
Este es un compromiso que podemos asumir desde nuestros hogares y a nivel país, donde cada uno de los sectores involucrados de la sociedad, haga lo propio para preservar el único lugar que podemos habitar: la Tierra.
Pero, ¿cómo podemos orientar nuestros hábitos alimentarios, hacia la sostenibilidad ambiental?
Desde casa, mucho podemos hacer. Estas son algunas acciones que, no solo nos permitirán cuidar nuestra salud, si no también, cuidar el ambiente:
- Adoptar una dieta equilibrada, elevando el consumo de alimentos de origen vegetal, ya que la producción de productos de origen animal, es intensiva en recursos, y genera una huella ambiental considerable.
- Preferir alimentos locales y de temporada, para reducir la huella de carbono asociada con el transporte de alimentos.
- Reducir el desperdicio de alimentos en el consumo; esto contribuye con la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.
- Elegir opciones sostenibles de envasado y empaquetado de alimentos.
- Preferir cocinar y comer en casa, lo que reduce el consumo de alimentos procesados y envasados
- Promover la conciencia ambiental desde nuestras prácticas de consumo y cocina, informándonos sobre el impacto ambiental de nuestras elecciones alimentarias.
La disminución de nuestra huella ambiental, requiere una combinación de estrategias a nivel nacional, local, comunitario y como consumidores. De esta manera, es determinante que se promuevan, en el país, legislación y políticas públicas para una mayor educación nutricional, más acceso a alimentos saludables, la creación de incentivos fiscales para productores y empresas que promuevan opciones alimentarias más saludables, así como la implementación de un etiquetado claro y comprensible, para que los consumidores tomen decisiones informadas, entre otras estrategias o acciones.
Si bien es cierto, Costa Rica ha logrado importantes avances para establecer sistemas de alimentación saludables, aún tenemos grandes retos que atacar. Y, quizá, uno de los más importantes, es promover prácticas agrícolas sostenibles, que fomenten la producción orgánica y reduzcan el uso de agroquímicos.
Este último punto, es particularmente importante, ya que nuestro país consume una cantidad alta de agroquímicos comparado con otros países de Latinoamérica, incluso, utilizamos moléculas que actualmente están prohibidas por la Unión Europea. Esto no solo trae consecuencias a nivel ambiental, sino también, en materia de salud pública.
Desde el Colegio de Profesionales en Nutrición de Costa Rica, hacemos un llamado vehemente a la sociedad costarricense, para que asumamos con la seriedad que lo amerita, el compromiso de reducir nuestra huella ambiental, a través de una alimentación saludable y sostenible.