Por Luigi Rebecchi Pannelli
Una madre, si así se puede llamar; ha tolerado con una pasividad y una crueldad que no tiene nombre, que su hija de tan solo un añito; haya sido golpeada brutalmente y sin piedad hasta casi matarla, por su compañero “delincuente”. Los dos desalmados, han recibido unas condenas justas y oportunas, valga la redundancia; por una jueza ejemplar y capaz, como debería haber muchas (os) de ellas (os). Sin rodeos y una falsa moral, para no caer de bruces o de espaldas; esperamos que el “comité de recibimiento” del Buen Pastor y de la Reforma, hagan el resto, aunque no sea a derecho; es muy común en las cárceles, pese a que “el resto” nunca sale a la luz pública.
Las comparaciones son odiosas, según dicen; sin embargo en la tierra del “Derecho Romano”, está vigente y se aplica con cierta frecuencia el “Ergastolo” la prisión de por vida, de antemano; estamos seguros que si la medida extrema, solamente se ventilara en Costa Rica, terminaremos quemados en una pira; porque los buenazos y las santas, se opondrían dando brincos de protestas. Que nadie nos tache de malos, porque “Roma locuta, causa finita”.