Hay un descontento social en relación a la atención médica que reciben los usuarios en los sistemas sanitarios en Costa Rica. No es un fenómeno circunstancial ni local, es estructural. Sin entrar en las causas de fondo, las quejas se centran sobre todo en la deshumanización del proceso asistencial, en la pérdida de la calidad humana de los profesionales especialistas de la medicina.
La medicina se sustenta en el principio del servicio al ser humano en función de su salud. Sus objetivos son: propiciar su bienestar físico y mental, curar o por lo menos aliviar su enfermedad. Su ética es antropocéntrica, es decir humanista.
Esto supone que el objeto de estudio es el propio ser humano. El carácter de lo humano se vincula con la definición de humanismo, esto es recobrar algo perdido; regresar al rumbo solidario y pacífico de nuestra especie, y apartarse de los tentáculos de la frialdad de la ambición humana.
Actualmente continua una inusual protesta o huelga laboral de un gremio del cual la sociedad nunca espera que falle en sus funciones, hablo del gremio de especialistas médicos, ya que la salud es un bien que ninguna persona desea perder y que cuando la pierde siempre desea tener acceso a los servicios que le ayuden a recuperarla.
La profesión de médico ha perdido la mayor parte de su prestigio y con ello el reconocimiento por parte de la sociedad y hoy día presenta una particularidad y es que la salud, la vida y la muerte dependen del bolsillo.
En la sanidad pública los salarios de los médicos especialistas son competitivos y son de primer mundo cuando se les compara con salarios de los médicos en el área latinoamericana e incluso América del Norte, por lo que la huelga no tiene razón de ser y debe resolverse pensando en la salud de los usuarios.
Las listas de espera se han convertido en el gran problema de la salud pública y en una pesadilla para miles de personas, que esperan por una ansiada consulta médica. Al momento las citas con los especialistas pueden demorar hasta un año o más.
Está claro que en los centros de sanidad pública hay mucho espacio para mejorar. Entre ellos y de acuerdo a la auditoría interna se sospecha que varios médicos usan la infraestructura de los hospitales y su horario como funcionario, para atender pacientes privados.
También la auditoría presume que algunos médicos no cumplen con las jornadas estipuladas en sus contratos, que no registran su ingreso o salida de los establecimientos y que, debido a esta misma falta de control, se pierde el rastro de algunos pacientes cuando, debido a la falta de camas, los derivan a unidades distintas sin dejar registro.
Finalmente, el reclamo del grupo de médicos especialistas en huelga debería pronunciarse en el mejoramiento de la atención médica y en buscar eficientizar los servicios en todo el sistema sanitario sin comprometer la salud de los usuarios y los recursos financieros.