Más allá de una aspiración personal, un proyecto político y una responsabilidad

Ser Alcalde de Alajuela es un honor. Haber sido reelecto una enorme responsabilidad. A inicios de este año recorrí los caminos de nuestro cantón, solicitando a mis conciudadanos su voto para la reelección, en un cargo que he venido desempeñando por los últimos cinco años.

Quienes me conocen de siempre y quienes me han conocido, saben de mi afán honesto de servicio público, y mi amor por ésta tierra y por su bienestar. Saben que soy un soñador, un idealista a lo mejor, cargado de optimismo y con un compromiso cierto por trabajar cada día, con pasión por hacer realidad esos sueños. Pero igual soy exigente y riguroso para que cada proyecto que emprendo se haga bien.

Propuse a los alajuelenses en febrero un plan de desarrollo que daba continuidad a nuestro trabajo. Hoy sin duda, Alajuela es diferente a la que encontramos. Más dinámica, más desarrollada, más competitiva. Pero aún queda mucho por hacer.

Durante los últimos meses, muchas personas se me han acercado solicitándome lidere un nuevo proyecto político dentro del Partido Liberación Nacional que impulse la apertura de nuevos espacios y promueva una forma diferente de hacer política. Cientos de jóvenes me han venido acompañando en jornadas de diálogo y construcción. De ellos he aprendido. En sus ojos he confirmado su disposición, capacidad e ilusión, por ser parte de una verdadera transformación. En sus palabras he descubierto valiosísimos aportes para abordar los principales problemas de Costa Rica, y en sus acciones el entusiasmo para llevarlos a cabo. Liderar este proyecto no depende necesariamente en este momento, de asumir una candidatura partidaria.

En los últimos días he conversado con mucha gente, especialmente con mi familia, con mi esposa y con mis hijos, con la gente más cercana, con quienes me han acompañado a soñar, y sin ninguna condición y con absoluta generosidad, en forma desprendida han manifestado pública y privadamente su apoyo a una iniciativa así y al liderazgo que yo pueda representar. He conversado con dirigentes políticos y comunales, con mis compañeros de la Municipalidad, con formadores de opinión, y sobretodo con los jóvenes que me han acompañado en este camino.

A partir de todas estas consideraciones, he tomado la decisión de no inscribirme como precandidato a la próxima convención del Partido Liberación Nacional. Hacerlo ahora, conllevaría descuidar mis obligaciones como Alcalde de Alajuela e incumplir los compromisos que he asumido. Es mi propósito continuar liderando un proyecto que requiere madurar y generar las condiciones para que se convierta en un verdadero cambio, más allá de los recursos económicos que deben invertirse hoy, con los que no cuento, para que resulte viable.

He venido insistiendo en que la principal responsabilidad del Partido Liberación Nacional es hoy, reinventarse de cara a la ciudadanía con un mensaje fresco y renovador y propuestas serias que enfrenten los enormes problemas que vive el país. Costa Rica lo necesita. Debemos ser muy críticos en ese debate interno, mucho más de lo que hemos sido. Hay que volver a escuchar a la gente, especialmente a nuestros jóvenes. Es preciso desafiar su apatía y su pesimismo. Y esto requiere ciertamente no solo de la participación de unos, sino de todos, en un proceso de reconciliación que responda al llamado a un gran acuerdo nacional. Más que una aspiración personal, ésta debe ser una aspiración de todo el país. Y yo pretendo ser parte activa de este enorme esfuerzo, por ahora desde ésta trinchera.

Gracias a todos los que a través de diferentes medios me han hecho llegar su apoyo en esta ruta, que hoy ¡apenas inicia!

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