Los jóvenes, el deporte y la prevención de la violencia

» Por Max Loria - Exviceministro de Justicia y Paz

La Fuerza Pública impulsa el proyecto denominado “Ligas Atléticas Policiales” como una forma de prevención de la violencia y promoción de la paz social. El proyecto busca trabajar con jóvenes en condición de riesgo social para desarrollar sus habilidades para la vida y para potenciar sus capacidades de deporte y recreación como formas de buen uso del tiempo libre. Inicialmente las actividades se desarrollarán en Desamparados, Liberia y el distrito de Pavas, en San José.

La iniciativa tiene la siguiente teoría del cambio: Si trabajamos con los jóvenes promocionando las prácticas deportivas y habilidades para el empleo y la educación, podemos tener mejores condiciones de seguridad ciudadana en los diferentes territorios.

  1. Repaso de la evidencia científica

Esto tiene suficiente evidencia de estudios internacionales que demuestran los buenos resultados de este tipo de programas preventivos que se concentran en los jóvenes, el buen uso del tiempo libre, el empleo y la educación. Un estudio del Banco Mundial (Chioda, 2016), por ejemplo resaltaba la relación entre el desempleo juvenil y la inseguridad ciudadana: “Cuando el desempleo entre jóvenes y adultos se aborda de manera separada, emerge un patrón estable: mientras que el desempleo entre adultos no está relacionado con el delito, el desempleo juvenil está relacionado consistentemente a la tasa de homicidios (un aumento de 1 punto porcentual en el desempleo juvenil deriva en 0,34 homicidios adicionales por cada 100.000). No todas las formas de desempleo son por lo tanto iguales; el desempleo juvenil es particularmente nocivo para la seguridad ciudadana. Dado que los jóvenes corren un riesgo particularmente alto de involucrarse en comportamientos antisociales y criminales (ver análisis más adelante), el vínculo entre mercado laboral y participación delictiva puede ser especialmente importante para este grupo”.

Los temas relacionados con la asistencia a la educación y las dinámicas familiares en las comunidades tienen también relación en ciertos territorios. El Banco Interamericano de Desarrollo (Vilata, Castillo y Torres, 2016) realizó un estudió en varios territorios, que arrojaba las siguientes conclusiones: “La tercera principal condición estructural asociada a la delincuencia es una combinación de desintegración familiar, ausentismo escolar y estructura de edad de la población. Las áreas con más padres solteros sufrieron más robos en la GAM de Costa Rica, y aquellas con más hogares encabezados por mujeres presentaron más lesiones en Santiago … De manera similar, las áreas con más menores que no asisten a la escuela se relacionaron con la mayoría de tipos de delito en Santiago, con excepción de los homicidios, pero aparentemente carecieron de efecto en Zapopan. Por último, respecto a la estructura de edad, la presencia de más jóvenes pareció incrementar todo tipo de delitos en Zapopan. Es claro que esta ciudad necesita poner en marcha programas para jóvenes a fin de combatir la delincuencia. La supervisión de los padres, la asistencia a la escuela y la integración familiar, todo ello vinculado a la estructura de edad, puede contribuir a controlar la delincuencia y la violencia entre zonas habitacionales”.

Podríamos mencionar muchos otros estudios internacionales que apoyan esta tesis. Lo cierto es que ya sabemos que, para tener ciudades con más seguridad, necesitamos poner mucha atención a las oportunidades que tienen los jóvenes en materia del buen uso del tiempo libre, empleo, educación y las capacidades de supervisión que tienen las familias.

En Costa Rica hay pocos estudios sobre el tema, sin embargo, si existe algunos que confirman la tesis anterior. El Instituto Costarricense contra las Drogas (Sánchez, 2018) presentó un estudio con la siguiente conclusión: “El estudio encuentra que existen una diversidad de factores socioeconómicos y demográficos que pueden explicar el fenómeno de los homicidios y las incautaciones de tráfico de drogas. Además de estos, se identificó que ambas variables presentan una dinámica diferente cuando se introduce el territorio dentro del análisis, lo que muestra la gran heterogeneidad de características socioeconómicas al interior del país. Los resultados dan muestra del papel importante que juegan variables como la educación, el empleo, la pobreza y la migración en este fenómeno”.

El Instituto de Formación y Capacitación Municipal de la Universidad Estatal a Distancia (UNED) realizó otro análisis más reciente que buscaba identificar causas y factores de riesgo de la criminalidad en algunos territorios del país (Loría, 2020). Entre las conclusiones se menciona: “Al estudiar las variables presentadas, es muy claro que el crimen y la violencia tienen relación con la presencia en las comunidades de factores de riesgo como la proliferación de armas de fuego y los eventos relacionados con drogas. Hay también temas sociales que muestran una relación con determinados delitos. El desempleo, la cantidad de hogares monoparentales y la deserción en el colegio, tienen relación con determinadas formas delictivas. Es sobre todo el desempleo el que muestra una relación más alta con los delitos contra la propiedad y los homicidios. Esto también coincide con las causas mencionadas mayormente en los talleres de diagnóstico participativo. La cantidad de hogares monoparentales está asociada de manera apenas moderada con los casos de violencia doméstica y los homicidios y la deserción de colegio muestra una relación moderada con los delitos contra la propiedad.

  1. Aportes la investigación

A partir de la evidencia presentada, puede también realizarse un análisis de información más reciente, y que intente generar algunas luces sobre esta relación entre la cantidad de personas jóvenes, sus oportunidades de empleo, recreación y educación, y los niveles de criminalidad en las comunidades.

En la siguiente tabla se presentan los resultados de correlaciones estadísticas (Coeficiente de Pearson) entre variables como deserción colegial, y porcentaje de población joven con las tasas de asaltos y homicidios.

Tabla 1

Coeficiente de Pearson entre variables sociales y delitos.

2020

HomicidiosAsaltos
% Población Joven (2020)0.280.58
Deserción de colegio (2019)0.450.60

Fuente: Análisis propio con datos del Organismo de Investigación Judicial y MEP.

Encontramos que la cantidad de jóvenes y la deserción de colegio se relacionan de una forma moderada la situación de homicidios y de una manera alta los asaltos en el país. Sabemos que la delincuencia es un fenómeno complejo y multi-causal, y que existen otros factores de riesgo que aportan a la explicación de este fenómeno, pero sin duda estos temas más sociales son también parte de los temas que deben ser tomados en cuenta.

  1. El deporte como instrumento de paz

El programa pretende fortalecer las habilidades sociales (empleabilidad, educación, etc.) y el buen uso del tiempo libre de las personas jóvenes a través de la convocatoria a actividades deportivas y recreativas. Como ya sabemos esto puede disminuir la violencia y la criminalidad en los territorios donde se desarrolle.

La práctica del deporte en sí tiene la capacidad de desarrollar una serie de valores que además aportan a estas habilidades sociales. Se promueven principios fundamentales para buenos ciudadanos como:

  • El respeto. Mediante el deporte se puede reforzar el valor del respeto a la disciplina deportiva, a sus reglas y a todos sus practicantes. En general el respeto es conocido como uno de los principales valores para la sana convivencia.
  • La disciplina. La práctica del deporte desarrolla una disciplina especial, que permite el crecimiento personal y el éxito en la vida deportiva. Pero la disciplina es también un valor fundamental para la formación de buenos ciudadanos, que puedan destacar en todas las actividades que practiquen.
  • El trabajo en equipo. Los deportes que tienen esa característica, generan una dinámica interna que claramente fortalecen las capacidades de las personas para la acción colectiva, la solidaridad y la búsqueda de metas comunes. De nuevo, estos son valores muy importantes para la convivencia pacífica.

Para el reforzamiento de estos y otros temas (como el liderazgo, la resiliencia y la constancia), el programa de Ligas Atléticas cuenta con metodologías especialmente orientadas a ese fin. Debemos recordar que la práctica del deporte también puede estar asociado a valores negativos (como la misma violencia y el individualismo) que precisamente son los que las LAPs pretenden evitar.

Pero las Ligas Atléticas son más que programas deportivos. Puede ser el incentivo perfecto para acercar jóvenes en riesgo social, y trabajar con ellos temas necesarios como la empleabilidad, el emprendedurismo, las habilidades blandas o hasta para ayudarles a retornar al sistema educativo.

  1. Las Ligas Atléticas Policiales: una esperanza para la prevención.

En las comunidades donde se desarrolle el proyecto, la LAPs sin ninguna duda van a convocar a muchas personas jóvenes en riesgo social. Se va a trabajar en el desarrollo de estos valores, y se van a reforzar las habilidades de empleabilidad y educación que requieren. Nuestra seguridad es que este programa también va a mejorar las condiciones de seguridad en cada lugar.

Los artículos de opinión aquí publicados no reflejan necesariamente la posición editorial de EL MUNDO. Cualquier persona interesada en publicar un artículo de opinión en este medio puede hacerlo, enviando el texto con nombre completo, foto en PDF de la cédula de identidad por ambos lados y número de teléfono al correo redaccion@elmundo.cr, o elmundocr@gmail.com.

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