El mal no prevalecerá, ha declaro en su primera homilía León XIV el papa recién electo en Roma. Agustino de la orden de San Agustín —un filósofo es decir un amante de la sabiduría -de lo bello de la verdad— de quien hay que decir fue educado en el Cartago antiguo en Trivium: gramática y retórica (contenido que hemos desarrollado en anteriores entregas en este mismo querido y emergente medio, ver: Cartaguito campeón: Pandemias, renacimiento y las humanidades ).
El papa León XIV al retomar a su predecesor León XIII, su obra, se ha comprometido con la re-cristianización de la sociedad. Quizá valga la oportunidad para revisar la figura del gran maestro el avatar que nos partió la historia. Su gran habilidad para comunicar en alegorías de forma sencilla mensajes complejos vigentes y a su vez alertar sobre los silogismos.
El anticristo, en la filosofía de la historia, nadie se parecerá tanto a Cristo como el anticristo, ha declarado recientemente el escritor Juan Manuel de Prada. Y nos dice: el anticristo, es un tío que va de buenesito vendiendo una paz falsa una justicia falsa. El mal te va captando y te convierte como en marionetas y luego lo vez como algo normal. Crea unas condiciones donde te sientas justo satisfecho una sensación de bienestar.
Por tanto, el auténtico mal se disfraza de bien, nos previene de Prada. Y nos conmina a distinguir el mal estruendoso el mal chirriante el aparatoso es muy sencillo, nos dice: un asesino un genocida nadie se pone de parte de un genocida pero en cambio te puedes poner de parte de un defensor de DDHH de un adalid de las causas bondadosas o aparentemente bondadosas que en cambio busca la destrucción de la sociedad de maneras mucho mas sibilinas.
Las ideologías, continua Juan Manuel, son los sucedáneos de las religiones. La gente ideologizada tiene un pensamiento esquemático: los míos son los buenos los demás son los malos. Y no pueden llegar mas lejos que esto. Las ideologías infunden pasiones robóticas. Y esta dinámica es la que las hace fuertes, porque crean antagonismos en la sociedad. Dividen.
Lo de León también hay que retomarlo, pues han habido varios leones anteriores a Robert Prevost. León XIII fue el papa de los medios audiovisuales a principios del S.XX. Aparece en videos cortos y se reporta sobre los guiones que grababa para ser transmitidos por la radio. Hablaba de la libertad, creía en el individuo. Ademas estaba en contra del comunismo y del socialismo, porque son un engaño un silogismo, por eso su encíclica Rerum Novarum. Entre varias otras encíclicas donde escribió sobre la propiedad privada es un derecho natural hasta los leones tienen coto de caza. Hasta los gatos van y mean su zona y esa es mi zona, y anda metete en la casa de otro gato a ver lo que te pasa, nos educa el comunicador de los nuevos medios Ramón Freire. O, León I el Magno de quien se dice su fortaleza e inteligencia eran tales que logró detener a Atila a las puertas de Roma. Detuvo al mal.
Rodrigo Chaves el Jaguar, nuestro actual presidente, ha declarado en una de sus conferencias de prensa de los miércoles a propósito de los nuevos contenidos en espiritualidad para escuelas y colegios que lo importante lo relevante es enseñar a no mentir, a no robar, mucho menos matar. Es decir, enseñar los 10 mandamientos escritos en piedra. Lo básico desde donde se desprende toda moral y toda virtud. Todo lo demás es decorativo si nos ponemos a pensar.
La idea de la justicia social tal como ha sido pregonada, al juntar esos dos términos, estas dos palabras, ha declarado Ramón Freire, ha sido utilizado para hacer el mal. Con tal manipulación semántica están accediendo al software que maneja nuestra mente para interpretar la realidad. Porque póngase a ver la justicia siempre es social. Siempre. Darle a cada uno lo que corresponde, eso es justicia. Por derecho. Pero, desde al software que lo articula todo —nuestra mente— le quitaron el poder a las palabras mezclando términos, mezclando conceptos. Por ejemplo, el término, la palabra mujer. La mujer es la hembra adulta de nuestra especie.
Todas las miradas han estado esta semana en Roma es un palíndromo que al revés se lee amor. El amor de acuerdo con Aristóteles no es ese sentimiento esa emoción incondicional descontrolada llena de apegos que nos han manipulado. Que nos vende la propaganda en las televisoras y radios y periódicos. No. Hay muchos tipos de amor, varios tipos, pero este contenido lo desarrollaremos en un próximo ensayo.