Lo que ha disgustado al pueblo

» Por Marvin Herrera Araya - Exministro de Educación Pública

El presidente, Carlos Alvarado y el ministro de la Presidencia, Rodolfo Piza. El Mundo.

Sin duda, se han dado decisiones y actos en el actual gobierno Alvarado-Piza que han intranquilizado, enojado y hecho reaccionar a una alta mayoría de la población, como pocas veces en los últimos gobiernos, cuyas violentas y preocupantes manifestaciones públicas todos hemos conocido y sufrido, y que no queremos que se repitan por la paz y la tranquilidad, tan necesarias para construir el bienestar y progreso que los costarricenses claman. En mi opinión:

  • El regalo o perdón (amnistía) de miles de millones de colones a las grandes empresas y contribuyentes, cuyo monto hubiese reducido significativamente el déficit fiscal; mientras que, al contrario, a los pobres se les encarece el costo de vida, incluida la reducción de los artículos nutritivos de la canasta básica y su gravamen con el impuesto del 1%, a partir de junio de 2020, siendo Costa Rica uno de los países más caros del mundo.
  • La reducción significativa de alimentos nutritivos en la canasta básica, con lo que se le limita a los pobres tener mejores posibilidades, opciones de nutrición para sus familias: atún, fresas, brócoli, apio, alverjas, garbanzos, mandarinas, natilla liviano, otros, contra el criterio del Colegio de Nutricionistas.
  • La imposición de la “ideología de género” en las escuelas y colegios del país, sabiéndose que a esas edades resulta más fácil adoctrinar a las nuevas generaciones, con lo cual se irrespeta la dignidad humana de las niñas, niños, jóvenes y su derecho de tomar decisiones sobre su vida personal al llegar a la adultez. ¡Se viola la Patria Potestad!
  • El aborto y la eutanasia, dos actos humanos contra la vida y la dignidad de las personas.
  • La promoción del “matrimonio homosexual”, acompañada de la “ideología de género”, la estrategia de adoctrinamiento para influenciar, desde la educación formal institucionalizada, la afectividad y sexualidad desde temprana edad.
  • La imposición de la “ideología de género” como el nuevo anticonceptivo del Siglo XXI, impulsado por organismos internacionales y poderosas empresas millonarias, de las cuales Costa Rica recibe fondos, según ha trascendido internacionalmente.
  • El irresoluto crecimiento del desempleo de jóvenes y adultos mayores de 40 años, causa de desesperanzas, frustraciones y angustias económicas de sus familias.
  • La insolución del peligroso crecimiento de la pobreza y la pobreza extrema, acompañadas de la antesala de la informalidad, cercana a un millón de costarricenses. Recuérdese que la pobreza es germen de diversas patologías sociales.
  • El triste entierro de los “valores humanos universales”, propios de la cultura democrática y cristiana de los costarricenses, los cuales nos han distinguido como Nación y conducido para vivir en armonía y concordia en nuestra sociedad.
  • La lentitud, tardanza de los actuales gobernantes para reactivar la economía nacional, que genere empleos y el bienestar general de la población. En cinco años y meses de gobierno-PAC no se ven luces esperanzadoras en nuestro horizonte.
  • El notorio apoyo para “minorías clientelistas”, con las que sí desfila y se reúne, desatendiendo las necesidades y clamores de sectores productivos y de la mayoría de la población costarricense. La decisión de no gobernar para todos de manera respetuosa, equilibrada y justa.
  • Las confrontaciones entre los sectores de la sociedad costarricense, causantes de la polarización, la división de nuestra sociedad, las que pueden crear nichos de apoyo electoral para el 2022 y posteriores campañas.
  • La golpiza a estudiantes en Upala y a los pescadores frente a la casa de cristal, por cierto, con vidrios resquebrajados desde el gobierno de Luis Guillermo Solís Rivera.
  • Las cortinas de humo que lanza, con el propósito de distraer a la población de los principales asuntos que afectan severamente la calidad de la vida nacional y la paz de los costarricenses.
  • Los montajes que hizo con estudiantes en la “casa de vidrio”, a raíz del levantamiento de los estudiantes de Educación Media, quienes plantearon sus puntos de vista sobre decisiones gubernamentales y sus necesidades institucionales.
  • La marcha al estilo de Maduro y Ortega, quienes recurren a sus aliados para tratar de legitimar sus decisiones y actuaciones, en contra de la mayoría de la población. Felizmente, el pueblo costarricense tiene una formación democrática y cristiana diferente, una idiosincrasia de raíces históricas y culturales distintas a esos pueblos hermanos y, por esas convicciones, su mayoría no respaldó la convocatoria para el domingo recién pasado, la que fue un rotundo fracaso.
  • Sus reacciones tardías para instalar las “mesas de diálogo”, lo que hizo hasta que el crecimiento territorial de la convulsión social lo llevó reflexionar y bajar orgullo, prepotencia y enseñoramiento innecesarios en este país, adonde siempre hemos admirado y respetado, en presidentes de la República, la humildad, la solidaridad, la cortesía, la fraternidad y el servicio patriótico para todos.
  • Su olvido de cómo debe gobernarse un pueblo, respetando los principios, valores y reglas de nuestra Democracia y vida republicana.

Como ciudadano y demócrata costarricense guardo la esperanza de que este gobierno rectificará la orientación y las decisiones que han enojado y encarecido la vida de la mayoría de los costarricenses, a efecto de que retorne la paz, la unidad, la armonía, el bienestar y el progreso de nuestro pueblo y de que las “mesas de diálogo” tengan como resultado estas mismas finalidades, con el aporte patriótico de las partes convocadas. Costa Rica lo merece. El pueblo lo necesita.

Los artículos de opinión aquí publicados no reflejan necesariamente la posición editorial de EL MUNDO. Cualquier persona interesada en publicar un artículo de opinión en este medio puede hacerlo, enviando el texto con nombre completo, fotocopia de la cédula de identidad por ambos lados y número de teléfono al correo redaccion@elmundo.cr.

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