Es innegable la ola de izquierda que pasa por América Latina, y no, no me refiero a la centroizquierda decente en la que la alternancia con la centroderecha no representa un riesgo para la región; sino a una izquierda lesiva y con rasgos autoritarios que empieza a levantarse en América Latina.
Es preferible no ahondar en los ejemplos concretos de los líderes y países en los que esa tendencia se ve reflejada. Esto ya que las recomendaciones son puntuales y deben trascender momentos específicos.
Por eso he elaborado una serie de recomendaciones que, de haberse implementado, hubiese contenido el crecimiento de esta izquierda insurgente:
- La centroderecha NUNCA debe permitirse la percepción de la defensa del segmento ‘‘adinerado’’ y ‘‘económicamente poderoso’’ del país. Si los sectores populares lo perciben así, las implicaciones serán importantes.
- La mejor prevención contra el populismo, es gobernar de manera popular. Si las decisiones del Gobierno no se perciben como ‘‘del lado del ciudadano’’ y como una acción contra injusticias sistemáticas que afectan a las familias; entonces se creará una percepción elitista que facilitará el crecimiento de alternativas peligrosas para la estabilidad de un país.
- Si algo nos ha demostrado la centroderecha anglosajona, es que el secreto del éxito tanto en Gobierno como en campaña, está en la clase media. Si la comunicación no está dirigida al segmento más preponderante porcentualmente (en algunos países puede que esto implica una clase media baja) entonces se está equivocando la estrategia. Aunado a ello, la clase trabajadora nunca debe percibir a la centroderecha como ‘‘el enemigo’’; si esto se permite las consecuencias políticas serán contundentes.
- La centroderecha debe alejarse de lo anticuado y lo aburrido. Las nuevas generaciones deben percibirla como edgy (arriesgada de una manera popular) tanto en estilo como en el fondo. El pensamiento y la estrategia encajonada del ‘‘siempre se ha hecho así’’ es muy peligrosa en cuanto a los resultados esperables.
- La centroderecha NUNCA debe permitirle a la izquierda violentar el Estado de Derecho. Nunca debe permitir la violación de la propiedad privada, y mucho menos permitir que se hagan saqueos y actuaciones lesivas contra los derechos de la ciudadanía. Estas son estrategias desestabilizadoras cuyas repercusiones generan un ‘‘se vale todo’’ en la sociedad. Si se siguen los primeros 4 pasos, podría evitarse tener que enfrentar una situación de esta índole.
La centroderecha latinoamericana tiene desventajas estructurales a raíz del conservadurismo con el que tiende a enfrentar las elecciones. Esto ha hecho que se perpetúen estrategias y tácticas que no reconocen las importantes variaciones en la sociedad, el electorado y el mercado político. Ante ello, ha perdido tiempo valioso y ha permitido que sectores populistas la desplacen con facilidad. Si la centroderecha no reacciona pronto, se posicionará como acartonada, y perderá batallas culturales y sociales que, ante el gen autoritario de la izquierda regional, podría tomarle décadas para recuperar la vigencia que necesita para conducir un país.
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