Por Luigi Rebecchi Pannelli
Los franceses estrenaron a prueba, un minibús producto de una fábrica cuyo nombre es “risa fácil”, tiene las siguientes características: es eléctrico, para doce pasajeros de pie, desarrolla una velocidad de 25 kilómetros por hora; como broche de oro, sin chófer y se puede detener en cualquier momento.
Por antonomasia; en Costa Rica, unos diputados propusieron una serie de ventajas fiscales de todo tipo con el fin de promover la importación de los autos eléctricos, cuyos importadores locales pusieron el grito al cielo y criticando todo lo habido y por haber, y como si fuera poco; achacaron los precios exorbitantes de los automotores a las fábricas. Dudamos que el intento más que loable, de los “padres de la patria” tenga éxito, siempre a causa “del vil metal”, lástima y; como “santos inocentes” que somos, nos preguntamos: ¿qué pasaría si el minibús llegara a Costa Rica?; ¡por favor no me hagan reír!
En otro tema; se venden brazaletes económicos para delincuentes subdesarrollados del tercer mundo, cuya fabricación se compone de los siguientes materiales: una guirnalda de frijoles secos muy resistente, un cierre de yute infranqueable, una mini clepsidra para marcar el tiempo y; una campanita de cerámica para la comunicación inmediata con los encargados del monitoreo, unos boys scouts instalados en el campanario de una iglesia, que todavía no ha sido asaltada; quienes están siempre listos, para intervenir en caso de fuga o de abandono del aparato de “última generación”. La medida no es aplicable a los “angelitos” del narco-menudeo, quienes; con mucha probabilidad, serán agraciados con unas aureolas de Cannabis.
