Los señorones del canal de La Sabana se rasgan las vestiduras porque kölbi les dará pauta comercial a otros medios, entre ellos EL MUNDO.
No es concebible para los “dioses olímpicos” del periodismo costarricense que otros medios que no sean los que tradicionalmente se reparten la pauta tengan acceso a ella.
Se parecen los colegas del 7 a un niño rico mimado que berrea ante sus padres si les dicen que el pastel no es solo suyo y que de él comerán los carajillos del barrio.
Hablan también que la pauta se está distribuyendo entre medios de menor alcance, pero veamos el caso particular de EL MUNDO, comparemos elmundo.cr y Teletica.com utilizando la página SimilarWeb, página que utilizan las agencias en Costa Rica para designar la pauta en medios digitales.
Según los datos de SimilarWeb entre los meses de febrero a abril elmundo.cr recibió un promedio de vistas de 1,3 M mientras que Teletica.com tuvo un promedio de 1,6 M. Incluso al ver los datos nos damos cuenta que en febrero ambas páginas recibieron la misma cantidad de visitas; y eso que elmundo.cr se especializa en la noticia política mientras que en la página de los colegas de La Sabana no faltan los chismes de la farándula.
Hace años con la democratización del Internet, surgieron varios medios de prensa, no solo a nivel nacional sino algunos regionales, que buscaban llevarle a las personas otras opciones de contenido informativo y no solo el que los grandes medios publicaban, con el uso masivo de redes sociales también surgieron páginas de una variedad de voces, y parece que eso no le termina de agradar a los grandes medios antes dueños inequívocos de la verdad, pero la sociedad cambia y con ella los canales de comunicación también lo hicieron.
Es de suma importancia que la pauta estatal se democratice para que medios pequeños y comunales puedan acceder a ella, pues muchos ofrecen productos de calidad que están siendo bien recibidos por distintos sectores.
La pauta estatal no debe limitarse a hacer crecer las arcas de las grandes empresas de comunicación, porque los medios pequeños e independientes tenemos tanto derecho a existir como ellos.
En esta discusión resulta de lo más atípico que el escudero de estas grandes empresas de comunicación sea nada más y nada menos que el diputado del Frente Amplio, Ariel Robles, me pregunto qué opinaría Merino de estás actitudes de sus pupilos.
