¡La obra del doctor Calderón Guardia debe perpetuarse!

» Por Dragos Dolanescu Valenciano - Doctor en psiquiatría y psicología de la Universidad Alcalá de Henares.

Mi experiencia en una noche en el salón de Urgencias.

Con orgullo, como ciudadano, siempre he cotizado para la CCSS, pues estoy realmente convencido y soy solidario al aportar y decir que, la obra que el doctor Calderón Guardia inició; es buena y es el pilar fundamental de la paz social que disfruta nuestra patria.

Con 47 años de edad, nunca he necesitado hacerme presente en uno de nuestros hospitales para asistencia médica, pero, recientemente me tocó utilizar sus servicios.

Un fin de semana, muy reciente, me presenté a Urgencias… mi corazón estaba acelerado, con frecuencias arrítmicas.

Mientras experimentaba esta sensación tan anómala y en medio de tanta carrera con tanta gente en ese lugar…(médicos, enfermeras y pacientes de la más alta y nutrida gama de padecimientos); yo y mis grandes y dolorosas molestias; pude denotar un poco el funcionamiento interno de esta parte de un hospital público.

Las horas pasaban y me dediqué a hacer un pequeño inventario del recurso humano que ahí se encontraba… entre pacientes, enfermeras, ayudantes de enfermería, agentes de seguridad, funcionarios de limpieza y evidentemente médicos.

Esa larga noche fui testigo de la llegada de personas baleadas, lastimadas por arma blanca, gente con las fracturas expuestas, otros con sobredosis de medicamentos pues no querían vivir, agotados de seguir luchando contra viento y marea ante sus angustias y sus penas.

Tuve la oportunidad también de que se me acercaran tres oficiales del Centro Penitenciario La Reforma, para preguntarme si no era molestia para mí que se sentara a mi lado un “privado de libertad”, cuya apariencia (vendada toda su cabeza), pues por desacuerdos relacionados por una conversación de temas políticos, con otro de sus “compas”, terminó seriamente lastimado. Y, como es conocido por todos ustedes, mis temas políticos me apasionan también, pero desde otra gradería; finamente les contesté: “…Tranquilos; estuve cuatro años sentado juntamente con gente del Partido Acción Ciudadana, PAC, y del Frente Amplio, FA, quienes son aún más peligrosos que el joven aquí, “cara cortada”que me acompaña…”

Retomando mis líneas, he de decir que, en una noche normal, se pueden recibir en Urgencias entre un aproximado de 120 a 140 casos; contando con tan sólo dos enfermeras y tres ayudantes de enfermería para más o menos 70 casos específicos ( 70 personas que les duele algo, con familiares y/o acompañantes que no controlan sus emociones ante la impotencia de no saber qué hacer ante la desesperación del dolor de su familiar o conocido).

Gente corría, para un lado y para el otro, en una extraordinaria sincronía en medio de ese caos bien organizado.

Cada cierto tiempo un microbiólogo se asomaba para tomar muestras de sangre.

Otro joven se llevaba aquellos pacientes que se les tenía que realizar placas… Poco a poco se van dando soluciones a la problemática de cada uno de nosotros.

¡Muy probablemente, todas las atenciones que se me dieron en esa dolorosa noche, si hubiera asistido a un hospital privado por lo bajo o muy mínimo me hubiera costado cercano a un millón de colones!

Muchas son las personas con enfermedades y dolencias cuyos costos, si hacemos una suma a mano alzada, es, sencillamente incalculable.

Mi concentración se enfocaba en cómo podrían todas esas personas ser atendidas si no existiera la CCSS para recibir una atención decente. ¡No cabe siquiera el imaginarlo!

¡Es realmente evidente que necesitamos ayuda con respecto al servicio con las citas médicas con los diversos especialistas, claro y por supuesto que SÍ!

Es ridículo que para personas dolientes, con sospechas o diagnosticadas con enfermedades como el cáncer; tengan que esperar por una cita o control hasta dentro dentro de tres años o más… La tal llamada y famosa “lista de espera.”

La fuga de talentos y especialistas hacia el sector privado, es una realidad, conllevando un alto gasto operativo.

Se necesita un cambio en la forma en que los Médicos Generales puedan acceder a la Especialidad.

Es evidente que necesitamos ayuda de todos los sectores.

Esta tarea no la saca un hombre o mujer solos, un grupo político o una Presidencia de turno.

¡Con esto; no estoy entrando en temas de semántica de que si la Caja está o no está quebrada,(discusión de las últimas semanas), porque eso no lo sé!

Lo que si sé, es que necesitamos la ayuda de todos; ya que como pilar de la estabilidad social de nuestro país, todos tenemos y debemos hacer conciencia para solventar nuestras falencias.

Entre los temas que debería de discutirse, considero oportuno señalar el tema de que si un presidente de la República puede ordenar que tomen dinero de nuestras pensiones para invertir en un periódico con serios problemas de liquidez tanto económico como mayormente moral, para lograr sacarlo a flote económicamente.

Si el sistema que se utiliza para compras de diversa índole es el mejor. ¿Existirán métodos para que se vuelva mas idóneo esas compras?

¿Existirá alguna otra idea para la optimización de servicio de citas, con los pocos especialistas que tenemos?

¡Cuánto vale la prevención de enfermedades, enseñándonos y demostrándonos como sería el buen vivir!

¡Es urgente la reducción de obreros informales que aún no cotizan a la CCSS!

Necesitamos sí o sí que todos esas personas también aporten, para que la carga sea compartida entre todos nosotros.

Así podría dar un sin número de ideas, pero no me quiero extender ya que no es esa mi intención.

Por último, les manifiesto que, las largas horas que pasé en el Hospital, sentado con mi amigo Scarface (Cara cortada), me hicieron sentir orgulloso del aporte de nuestros abuelos y el esfuerzo de millones de costarricenses a lo largo de tantos años… observar la mística de la labor de estas personas dedicadas a la salud del prójimo en los servicios de Salud, solamente es comparable con la que he visto en “Las Obras del Espíritu Santo del Padre Sergio Valverde”, dando de corazón a corazón esa atención a miles de niños a lo largo y ancho de nuestro país.

Dos ideas fundamentales me surgen, una seria y la otra jocosa:

  1. Sí o sí tenemos que estabilizar la CCSS, no para nosotros, sino para los hijos de nuestros hijos que aún no han nacido.
  2. ¡Si eres mayor de 40 años deje de buscar jovencitas! ¡Busque una mujer madura; que sepa reconocer un infarto y te pueda dar primeros auxilios!

¡Ah! Finalmente… Mi condición de salud gracias a Dios ha mejorado notablemente desde que me lograron estabilizar estos profesionales de nuestra salud pública costarricense. ¡A todos ellos, mi agradecimiento!

Los artículos de opinión aquí publicados no reflejan necesariamente la posición editorial de EL MUNDO. Cualquier persona interesada en publicar un artículo de opinión en este medio puede hacerlo, enviando el texto con nombre completo, foto en PDF de la cédula de identidad por ambos lados y número de teléfono al correo redaccion@elmundo.cr, o elmundocr@gmail.com.

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