La lucha es de todos

» Por Dr. Rodolfo Hernández Gómez - Exdirector Hospital Nacional de Niños

Con gran temor e impotencia vemos el aumento de fallecimientos a causa de Covid 19, cada vez el dolor nos toca más cerca y entre esas víctimas mortales contamos al familiar, al amigo del alma, al conocido, al compañero de trabajo, al vecino.

Frente a este panorama, el gobierno propone medidas tardías, insuficientes y débiles para frenar el contagio, cuando más bien Costa Rica requiere acciones fuertes y precisas. Da la impresión de que existiera una complicidad entre la pandemia y el gobierno, ya que la capacidad de reacción lenta y vacilante parece responder más a presiones comerciales que a los criterios técnicos de especialistas en el manejo de epidemias.

Y como ejemplo recordemos cuánto se tardó para declarar obligatorio el uso de la mascarilla, porque insistían en que no había evidencia de su funcionalidad, y el tiempo demostró que era y sigue siendo fundamental.  Otro error fue incentivar a las personas a salir a vacacionar en la pasada Semana Santa, para lo cual se dio libre a los empleados públicos, el objetivo fue activar la economía, pero ahora estamos viendo un desastre que mantiene colapsados a los hospitales.

Igualmente, hizo falta la presión de sindicatos y la amenaza de los docentes para que se suspendiera el curso lectivo, los maestros y profesores (sin vacunar) se han estado exponiendo, porque los menores, por diversas razones, tienen cuadros menos severos o asintomáticos, pero son una fuente de contagio.

Sumado a esto, el proceso de vacunación avanza en “cámara lenta” y la auditoría de la Caja Costarricense de Seguro Social se desgasta en una función policial, persiguiendo a quienes vacunaron a un médico que ya estaba pensionado o a un funcionario del área de limpieza.

En esta labor de inmunización contra la Covid 19, países como El Salvador, República Dominicana, Brasil, Estados Unidos y Uruguay nos superan y solo estamos mejor que Panamá, Honduras y Nicaragua.

Muchos costarricenses se han visto obligados a viajar a Estados Unidos, ya que en esa nación el presidente Biden implementó inteligentemente un programa de vacunación masiva, importante en el control de la epidemia, la reactivación de la economía y fuente de empleo.  Pero, de nuevo surgen resentimientos en la población, donde la desigualdad no permite que la inmensa mayoría pueda realizar esta movida para garantizarse la salud, y deban con paciencia esperar su turno, si es que llega.

El presidente Alvarado envía una carta tardía a su homólogo estadounidense pidiendo donaciones, además anuncia la compra de 2 millones de dosis adicionales, pero será hasta julio que las tendremos. Muchos sectores han cuestionado el por qué no se negocia con otras casas farmacéuticas.

Mientras llegan a los hospitales personas cada vez más jóvenes y más graves, grupos irresponsables desobedecen los lineamientos del Ministerio de Salud y lo que es peor, hay quienes dicen que no existe tal virus, hablan de una conspiración y niegan la tragedia que se extiende frente a sus narices.

Sí porque es una tragedia, Costa Rica avanza hacia una Sindemia, no es solo ver la enfermedad infecciosa, sino también el contexto social y su afectación a la salud, la educación, la pobreza, el desempleo y más.

Como dijo el Presidente de la CCSS, Román Macaya, es el mayor reto sanitario al cual se ha enfrentado el país,  y si solo se resuelve en los hospitales, es una guerra perdida. Nuestro heroico personal de salud seguirá trabajando, pero cada uno desde su casa y su trabajo tiene una gran responsabilidad.

Nuestra carta magna establece en sus artículos 21 y 50 uno de los derechos constitucionales más importantes: el derecho a la salud como derecho humano fundamental y en sus artículos 367 y 368, la Ley General de Salud faculta al Ministerio de Salud a determinar las medidas necesarias para extinguir o evitar la propagación de la epidemia, esto incluye utilizar y expropiar transitoriamente instituciones públicas y privadas.

Insisto y no me cansaré de hacerlo: urge intensificar la vacunación, una campaña de concientización más intensa y medidas más estrictas para evitar reuniones masivas a fin de disminuir el contagio, pero también acciones que eviten que más empresas quiebren y que más costarricenses queden sin empleo, una de ellas podría ser la amnistía tributaria.

Los artículos de opinión aquí publicados no reflejan necesariamente la posición editorial de EL MUNDO. Cualquier persona interesada en publicar un artículo de opinión en este medio puede hacerlo, enviando el texto con nombre completo, foto en PDF de la cédula de identidad por ambos lados y número de teléfono al correo redaccion@elmundo.cr, o elmundocr@gmail.com.

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