La carrera hacia los gobiernos locales

fotoPor Lic. Alejandro González Carrillo

Septiembre trae consigo aires de lluvia, vísperas de cierre fiscal y el comienzo de la carrera de muchos hacia las sillas municipales. Comienzan las alianzas estratégicas en busca del apoyo de la vox pópuli; al menos los 3 partidos más organizados ya han iniciado este proceso electoral: PLN, Movimiento Libertario y PUSC ya tejen sus redes como araña política a la máxima velocidad, y esto supone una primera ventaja ante sus oponentes en la competencia por dominar los 81 concejos municipales para el período 2016-2020.

Ante todo esto surge un fenómeno que como pueblo hemos propiciado su existencia: el abstencionismo. Para las pasadas elecciones de Alcaldes, Síndicos y Concejales de Distrito se registró un abstencionismo de un 72% en promedio, según información oficial del Tribunal Supremo de Elecciones, lo cual representa el mérito equivocado del pueblo ante la importancia de elegir a sus dirigentes locales.

Hemos olvidado la importancia real de las municipalidades en el ejercicio de la democracia y la prosperidad de la nación desde lo local; las municipalidades se encargan, desde planear y ejecutar proyectos a nivel social, hasta velar por proveer la mejor plataforma de infraestructura con el fin de fomentar las condiciones mínimas para el desarrollo y competitividad del cantón.

No podemos desentendernos de la política local; apoyar y elegir a nuestros dirigentes comunales, a las personas que van a hacer que nuestros barrios y nuestras calles (esas que recorremos a diario) sean mejores cada día.

Una obligación moral del pueblo es saber escoger a sus dirigentes locales, sin dejarse llevar por lo que hasta ahora es la misma historia de la política tradicional en Costa Rica: promesas vacías y discursos populistas de bonos de vivienda y obras comunales que nunca llegan.

Llevemos a nuestras municipalidades a personas de trabajo, al vecino que fundó una Asociación de Desarrollo para elevar los estándares de seguridad y ornato en el barrio, a la señora que logró embellecer nuestros parques de niños y salones comunales, a los jóvenes que aún en contra de los señalamientos y críticas sociales han utilizado su rebeldía inherente para poder poblar y mejorar la infraestructura de los espacios recreativos y deportivos, a las persona que con pocos recursos económicos han luchado por convertir nuestras comunidades en lugares más bellos y seguros para vivir.

Llevemos a nuestras Municipalidades a esos dirigentes que con sus acciones tangibles han logrado que vivamos en una mejor comunidad, olvidemos al político que promete bonos de vivienda, que promete calles y canchas de futbol por un voto, y ejerzamos nuestra democracia responsablemente eligiendo a personas de trabajo constante y desinteresado.

Se asoma la oportunidad del cambio, la hora de saber escoger, el momento de prosperar como nación, es la hora del cambio, es el instante justo de dar poder a las personas que van a hacer de Costa Rica un mejor lugar para que nuestros hijos crezcan, para que las nuevas generaciones tengan un país donde surgir sea más fácil que ahora, haciendo valer las palabras que un día pronunció Winston Churchill: “El político se convierte en estadista cuando comienza a pensar en las próximas generaciones y no en las próximas elecciones”.

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