Desde su aprobación en 2015, la Agenda para el Desarrollo Sostenible ha convocado a los países a repensar el actual modelo de desarrollo y a hacer las transformaciones necesarias para erradicar el hambre y la pobreza.
Los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible constituyen un ambicioso marco de referencia para que gobiernos y actores no estatales se adhieran a un compromiso común: buscar el desarrollo económico y productivo, generando mejoras sustanciales en los medios de vida de las personas, sin poner en riesgo los recursos naturales.
Esta Agenda plantea la necesidad de que las y los jóvenes se posicionen al centro del debate y de visibilizar su potencial para alcanzar el desarrollo sostenible en América Latina, donde representan el 25% de la población rural y el 19% del total de jóvenes.
Estos 30 millones de jóvenes rurales, de entre 15 y 29 años, pueden marcar la diferencia en la revitalización de las economías locales, en la innovación, en el fortalecimiento de las organizaciones sociales, en la gestión de los recursos naturales y en la construcción de políticas públicas para el desarrollo de los territorios rurales.
Sin embargo, se enfrentan a mayores desigualdades que sus pares urbanos, situación que se agrava en el caso de las mujeres jóvenes indígenas. Además, aspectos como el limitado acceso a la educación, la informalidad del mercado laboral y la falta de oportunidades en el campo los orillan a migrar a las ciudades.
Los países de la región han avanzado en importantes procesos para revertir esta situación. Con el apoyo de la FAO, la participación de los jóvenes rurales ha sido priorizada en el Plan de Seguridad Alimentaria, Nutrición y Erradicación del Hambre 2025 de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC).
En Sudamérica, los jóvenes rurales han generado un documento de Directrices para Políticas Públicas orientadas a la Juventud Rural. En Centroamérica, jóvenes rurales trabajaron junto a representantes de gobierno en un Plan de Acción Regional para la Juventud Rural, en el marco de la Estrategia Centroamericana de Desarrollo Rural Territorial (ECADERT).
Estas iniciativas facilitan la inclusión de los jóvenes rurales como parte de la solución, al enfocarse en su potencial para la construcción de respuestas innovadoras para el desarrollo social, económico y ambiental de los territorios rurales.
Con este objetivo, jóvenes rurales y representantes de ministerios e instituciones relacionadas con la juventud de América Latina y el Caribe, se reunieron a inicios de octubre de 2017 en Panamá, contando con el apoyo de la FAO y el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola, la Reunión Especializada sobre Agricultura Familiar del Mercosur y el Consejo Agropecuario Centroamericano, quienes han apostado por construir una agenda regional de desarrollo, con y por la juventud rural, para seguir tendiendo caminos hacia un modelo de desarrollo que no deje a nadie atrás.
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