Está claro que el papel mundial que juega el FMI es muy importante y necesario.
Inclusive podemos hasta afirmar que el FMI es relativamente justo, en el tanto que sabemos que sus financiamientos no pretenden el lucro propio con sus intervenciones.
Pero en el caso de su intervención en Costa Rica, aunque es probable y ojalá que el FMI tenga en mente una variedad de objetivos, necesitamos que entre sus objetivos esté, por sobre todos los demás, el beneficio de nuestro país, el beneficio de todos los costarricenses.
En ese sentido y en la situación actual, no necesitamos ni más préstamos ni más impuestos.
Necesitamos por el contrario, urgentemente, por fin, eficiencia y controles del gasto público.
Desde hace muchos años, los costarricenses padecemos de una epidemia de repúblicas independientes y de fugas por todos lados, de los recursos públicos.
Seguimos esperando que las auditorías internas, contralorías y demás instituciones encargadas del control del gasto público, recuerden por fin, que su trabajo es muy importante y necesario para Costa Rica, porque de lo contrario nunca van a alcanzar ni más préstamos ni más impuestos para cubrir tantas y tantas fugas de los recursos públicos.
Tal vez no esté dentro de los objetivos de esta intervención del FMI, pero la solución para Costa Rica no está en más impuestos ni más préstamos. Solamente hay que controlar por fin el gasto público. Hasta la OCDE ha insistido sobre este tema.
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