Una mujer o un hombre, mentalmente normales; buenos ciudadanos, cumplidores de las leyes, poseedores de la licencia de conducir al día, ganada sin “chorizos”, propietarios de un auto en buena condición, de pronto; durante un día, de mala suerte, aún frenando, atropellan y matan a un transeúnte imprudente quien se le atraviesa en el camino, la ley con justicia codifica: “Homicidio culposo”, puesto que no midió irresponsabilidad en la conducción; sin embargo; un hecho diametralmente opuesto, acontece cuando el dueño de un automóvil se embriaga y; estando ebrio, y sabiendo de que no puede controlar su vehículo, sale a la calle y mata a un inocente, tal como pasó recientemente a un atleta y en muchos otros accidentes similares del pasado, un hecho que nunca jamás es y será un “homicidio culposo” por el contrario; es sin lugar a dudas un “Homicidio premeditado”, pues el irresponsable tiene que saber de antemano, pese a la borrachera; de que no puede sentarse frente al volante de un auto que no puede dominar. En el caso específico no se justifica que el infractor habite en su casa, que no es una cárcel de donde no puede fugarse, que tenga un trabajo, no significa nada y menos que vaya cada 15 días a poner su firma en un juzgado, es una medida cosmética, que deja libre al imputado, que no debería existir y menos aplicarse.
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