Se dio la muerte del Papa Francisco, la cual no sorprende, dado los quebrantos que venía presentando en su salud, sin embargo abre muchas inquietudes de cara al futuro
Más que estar expectantes en relación con quién será el próximo Obispo de Roma, conviene por un momento, reflexionar sobre el legado que nos deja Francisco (Jorge Bergoglio).
El Papa Francisco tuvo que lidiar con múltiples problemas sociales a lo largo de su pontificado.
En medio de una pandemia y de varios conflictos armados en todo el mundo, Francisco dió con mucha vehemencia mensajes fuertes, poderosos y esperanzadores, aún cuando ello significó una serie de críticas de diversos sectores incluyendo a la misma Iglesia. Francisco nunca claudicó.
Rebelde quizá, muchos lo señalaron de globalista y otros llegaron a llamarle ”el papa comunista” por sus intenciones de tender puentes con sectores tradicionalmente alejados a la iglesia. Ciertamente no se recuerdan en la historia reciente, muchos casos en los que una persona con autoridad mundial como él, haya tenido acercamientos tan fuertes con minorías étnicas y religiosas, con las poblaciones sexualmente diversas o con quienes simplemente no tienen fe.
A muy pocas horas de su fallecimiento, hizo un claro y categórico llamado a respetar la libertad religiosa.
Ciertamente luchó a contracorriente durante todo su pontificado, entendiendo que su titánica misión debía ser decisiva y situarse en una corriente reformadora y no conservadora. Su orientación no fue construir muros, sino más bien derribarlos para, en su lugar, tender puentes entre la humanidad.
Más que un Papa latinoamericano o un Papa para los cristianos, o para los desposeídos, la historia recordará al Papa Francisco como el Papa que abrió su corazón a toda la humanidad. Humildad y sencillez le caracterizaron siempre.
La inevitable superficialidad en que vivimos hoy en día y la linealidad de nuestro pensamiento colectivo como sociedad, nos llevarán, como es natural, a las absurdas comparaciones. Lo comparamos todo, a las personas, las organizaciones, los artistas, los atletas e incluso los papas.
Así las cosas, no faltarán las comparaciones de las obras del Papa Francisco con sus predecesores Juan Pablo II, Benedicto XVI y otros.
Lo cierto es que, al igual que en su momento se mencionó con respecto a Juan Pablo II, El Papa Francisco deja en El Vaticano unos zapatos muy grandes para llenar.
¡Qué gran legado nos deja Francisco!