Foffy

Cuando escribí de que en Costa Rica se respetan los derechos humanos, mi gata Foffy, que es muy “chispa”; con ganas de jugar, me puso una patita, sin sacar las uñas, sobre mi mano de “escribidor”; ocasionándome una  pausa y luego una reflexión sobre los derechos humanos, que nuestra historia nos ha otorgado, pese a que los mismos, como base comprenden; comer y dormir bajo techo, se me puso entonces todo “color de hormiga”, no obstante fue apartarme del objetivo del presente comentario, que; como de costumbre y con todo respeto, se refiere al derecho del lector; no tanto de ser informado, sino en cuanto a la claridad de las informaciones que recibe de la prensa, tales como saber a ciencia cierta, si un avión tenía uno o dos motores y si la caja negra que no tenía por un reglamento internacional, ¿cuál era la razón del mismo? Algo que se podría explicar al estilo Pulitzer, con pocas palabras.

En un hecho parecido y de menor gravedad, se publicó el hallazgo de una colección clandestina de unas antigüedades precolombinas propiedad de Costa Rica en un apartamento del exterior, en lugar de relatar la noticia meramente policial se antepuso la descripción de los objetos, de interés secundario. No todos los lectores son expertos en algo y menos brujos.

Para concluir, la información debe ser precisa y relevante para el lector.

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