Durante mi recorrido ayudando a emprendedores de todo el país, en especial la Zona Sur del cual fui pionero con un movimiento que le dimos por nombre ZONA SUR EMPRENDE, en ese tiempo el tema de las ferias no era tan común y rompimos los paradigmas dando espacios y buscando oportunidades para los emprendedores. Gracias a todo ese movimiento viví de cerca lo desgastante y agotador que es emprender en Costa Rica, más en una de las regiones mas pobres del país.
Durante ese recorrido me di cuenta que hacer ferias, brindar capacitaciones y hasta buscar financiamiento, no saca de la pobreza a nuestra región, lo que se necesita es un cambio cultural hacia un fomento de cultura emprendedora, donde se le den las condiciones a los emprendedores de caminar, emprender y crecer.
En varios de mis artículos en este medio digital he sido un gran crítico del Sistema de Banca para el Desarrollo, del gran archipiélago institucional que existe y como más personas emprende de manera empírica donde su fin es operación arroz-frijoles, del cual no está mal pero no enfocan sus energías en crecer como empresa, sino el sacar un día a la vez donde en el tiempo, dejan sus emprendimientos votados y se buscan una chamba para tener su quince fija. El emprender es un arma poderosa para enfrentar el desempleo e impulsar el desarrollo nacional y eso lo he dicho en reiteradas ocasiones, pero no es fácil, es un camino plagado de obstáculos es por eso que cuando termine mi ciclo con el proyecto ZONA SUR EMPRENDE, enfoque mis energías en mi investigación doctoral para hacer una propuesta robusta, seria y coherente para ayudar a los emprendedores y le di por nombre SPIN OFF.
Dada la importancia que ha tomado la gestión de la innovación y como especialista en esta materia puedo asegurar que la mejor forma de lograr el éxito y ventaja competitiva en las organizaciones es mediante la aplicación de Spin Off así como la necesidad de su aplicación y búsqueda de las vías para su desarrollo y alineamiento con los objetivos planteados, del cual surge la presente investigación doctoral donde esperaría poner en marcha para dar más y mejores oportunidades para las nuevas generaciones y al sector emprendedor que tanto lo necesita.
Es por eso que he venido siguiendo de cerca modelos de universidades emprendedores que tienen la responsabilidad de transferir conocimientos de manera que sean útiles para los agentes sociales, económicos, políticos, culturales y el sistema y las estructuras funcionales de estas, tienen que asegurar la producción de conocimientos que puedan ser incorporados en las prácticas de los individuos y grupos sociales y recibir de estos, a su vez, nuevas maneras de enriquecer la teoría contenida en los currículos y proyectos de investigación; estas están llamadas a aumentar desde su gestión, su papel protagónico en el desarrollo de la sociedad del conocimiento y que esto a su vez sea una de las vías de desarrollo sostenible del país.
Es por eso que uno de los grandes dolores de cabeza son las instituciones que paradójicamente deberían impulsar la creación de nuevas empresas. Necesitamos un sector empresarial numeroso y fuerte, pero la legislación y la visión estrecha de ciertas instituciones atacan a los emprendedores, tenemos que buscar esa armonía empresarial para la generación de riqueza, si los emprendedores están bien el país también lo estará.
Puedo concluir en base en mi experiencia internacional en esta materia, podemos formular estrategias y acciones audaces que nos permitan salir de este estancamiento. En una época de disrupciones, hagamos un benchmarking de alto nivel y ubiquemos a Costa Rica como país modelo para el desarrollo de nuevos negocios. No podemos seguir engañándonos con cositas dispersas y descoordinadas, de alto costo y poco impacto.