Entre todas las obras a favor de la niñez que la UNICEF cumple a cabalidad, se incluye un “sobre nutritivo” cuyo costo es de apenas 3 céntimos de dólar cada uno y que se debe multiplicar por diez con el fin de que un niño no muera de hambre. La mayoría de los decesos por desnutrición, se originan en el Continente Africano, heredero de las luchas étnicas, de los “colonizadores” de los “Bokus” y de los gobernantes de turno corruptos egresados, a veces; de las mejores universidades del Reino Unido. El “Mea Culpa” de todos no vale nada, se necesita con urgencia y se debe comprar la mayor cantidad posible de los “sobres nutritivos”, además de crear muchas UNICEF, a como haya lugar, porque es posible.
Una funcionaria dedicada a la protección de la infancia, con mucha hidalguía, relató el comentario de un interlocutor quien le dijo: “¡puedes hablar porque has comido!”. (Sic)
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