Para la mayoría del pueblo que le bajen 300 colones al kilo de arroz es un gran logro del gobierno. Pero la realidad es que para el gobierno esto es un arroz con mango muy difícil de resolver para quedarle bien a industriales, importadores y productores. Para el análisis es necesario recordar porque en realidad en Costa Rica el precio del arroz continuará siendo un problema muy difícil de resolver. Hay varias causas; todo se inicia con la firma de los PAE (programas de ajuste estructural) luego con la globalización que en teoría era un consenso político en la que la meta era liberar el comercio como un factor positivo e incuestionable (para los países ricos) en el desarrollo económico del mundo. Detengamos un momento en este punto: esto trajo como consecuencia que los países ricos con subsidios a sus productores, más tecnología y mejores rendimientos produzcan más barato que los países en vías de desarrollo como nuestra pequeña Costa Rica. A esto se le suma el poco apoyo del gobierno al agro y aparecen los mercaderes del agro (unos pocos importadores que junto con los industriales se dejan la tajada grande del pastel), se continuo con el desmantelamiento de la infraestructura del Consejo Nacional de Producción y la casi eliminación de la investigación estatal. Posteriormente vienen los tratados de libre comercio en que precisamente los países subdesarrollados acogen con entusiasmo las medidas de eliminación de las barreras que son verdaderas imposiciones de los organismos financieros internacionales. Los países desarrollados pelean por importar materias de uno a otro, como es el caso de Japón y Estados Unidos respecto a las restricciones que éste primero impone a la entrada de productos norteamericanos, y el de los Estados Unidos y otros países. Nosotros los países subdesarrollados no exportamos arroz, lo importamos ya que los países subdesarrollados son tradicionalmente importadores de materias primas (principalmente fertilizantes nitrogenados y pesticidas) y productos agropecuarios. Luego vienen los tratados de libre comercio (TLC el más sonado) en donde los acuerdos generales sobre aranceles y comercio junto con las salvaguardias es el arma provisional para defenderse. ¿Y qué pasará cuando el TLC deje en cero los aranceles? El Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos, Centroamérica y la República Dominicana (DR-CAFTA) amenaza los medios de vida de miles de pequeños productores centroamericanos, puesto que abre la puerta a exportaciones masivas de arroz subsidiado estadounidense a precios por debajo del costo de producción.
El aumento de los precios de los granos básicos en Costa Rica ha mostrado un elevado aumento. En el primer trimestre del año 2022, la inflación nacional alcanza un +5,79%, la canasta básica, ésta supera el +9%. A esto se le suma la crisis de contenedores, la guerra de Ucrania que ha hecho que el precio del trigo suba un 30% del trigo mundial, el 12% el petróleo y el saco de fertilizante nitrogenado pasó de 15000 colones a casi 35000 colones.
En conclusión, la baja del arancel que el gobierno decretó por un lado está expuesta a arbitrajes internacionales que de seguro pondrá el Organismo Mundial de Comercio ya que eso no es lo que estipulan el TLC y perjudica a los países desarrollados, por el otro lado en la cadena favorece a los consumidores. Ya que el arroz estará sujeto a los vaivenes del mercado. Los importadores dejarán de ganar jugosas sumas, pero siempre ganarán, pero está condenado a los productores. Cualquier medida que se haga siempre dejará sin oportunidades a los productores nacionales ya que el arroz importado continuará siendo más barato que el producido localmente. Esto se agravará con la baja de aranceles. Si no se declara una emergencia nacional para el agro para evitar conflictos con los organismos internacionales (revisión de acuerdos), se dota de más tecnología a los productores de secano como los de riego para subir los rendimientos (el promedio nacional es de 4 toneladas por hectárea y los países exportadores a los que le compramos producen entre 10 y 15 toneladas por hectárea), se dota al CNP de infraestructura, se bajan los costos de producción y se dan créditos con intereses favorables; pronto el costarricense dejará de ver los campos verdes de arroz, así como dejó de ver los campos dorados de sorgo. ¿A quién defiende la Corporación Arrocera? ¿Al consumidor, industriales, importadores o productores? Sin ánimo de crear polémica la Corporación arrocera tiene su junta directiva conformada por 5 representantes de los productores, 4 industriales, ministro o viceministro de MAG y MEIC (sume 2 del gobierno y 4 industriales, contra 5 de los productores. ¿Quién gana? Muy probable que los productores tengan mayoría arroceros grandes como el Pelón. Estos 5 productores posiblemente han estado aliados con los industriales ¿Cuantos serán de los parceleros de Bagatzí, Falconiana, Tamarindo, La Soga y Paso Hondo en esa junta directiva? ¿Y si hubiera uno a quien defiende a los industriales o a los pequeños? Cuando su voto sería 1 contra la gran mayoría.
—
Los artículos de opinión aquí publicados no reflejan necesariamente la posición editorial de EL MUNDO. Cualquier persona interesada en publicar un artículo de opinión en este medio puede hacerlo, enviando el texto con nombre completo, foto en PDF de la cédula de identidad por ambos lados y número de teléfono al correo redaccion@elmundo.cr, o elmundocr@gmail.com.