El presidente y su SANTA PALABRA

Con la reciente salida de la ministra de Vivienda y presidenta del Instituto Nacional de Vivienda y Urbanismo, la señora Jéssica Martínez Porras y el viceministro de esa misma cartera, el señor Roy Jiménez el pasado martes 4 de julio, este gobierno acumula en su haber 30 salidas en sus primeros 14 meses de administración.

El gobierno de Rodrigo Chaves se ha visto como un gobierno transparente en el cual el mandatario menciona constantemente en las conferencias de prensa que se lleva a cabo todos los miércoles, el onceavo mandamiento de la administración de él, “no aflojarás” y que repetidamente se los recalca a sus ministros.

Esta administración se ha visto muy criticada a lo largo de estos últimos meses debido a su inestabilidad en los puestos de confianza y que conforman su gabinete, sin embargo, los seguidores del mandatario lo han defendido con argumentos como “él no debe favores a terceros” o “él no coloca a un ministro por argolla” sino que lo hace de forma transparentemente con ciertos parámetros de idoneidad, entrevistas y escoge a la persona más capacitada según los criterios del presidente.

Ahora bien, la pregunta que nos hacemos es ¿por qué no le duran los ministros al presidente? Y que a lo largo del artículo lo iremos respondiendo o teorizando.

Definitivamente el sistema gerencial es algo que el pueblo costarricense y la perspectiva ciudadana necesitaban ver para identificar un gobierno de “cambio” o “diferente” a lo que estaba acostumbrado, sin embargo cuando se habla de sistema gerencial hay que enfocarse en un sistema con liderazgo y seguridad pero cuando se habla de subordinados, es decir, los ministros, es importante entender que a pesar de que el presidente es quien los nombra, es normal diferir y disentir en ciertas situaciones. Cuando se empiezan a dar sucesos como el despedir a un ministro solo por no seguir la misma “línea del presidente” es preocupante ya que estos no pueden tener opinión o e incluso se ven limitados en su actuar o en su pensamiento.

Si bien es cierto que los ministros son la mano derecha del presidente, este último debe de tener la capacidad de escuchar, analizar y preguntar qué se está haciendo y cuál sería la solución más viable, y por qué no, consultar sobre la eficiencia de estos, es decir los ministros, haciendo un análisis semestral de su desempeño.

El presidente en su potestad le es permitido cambiar, despedir y nombrar ministros en toda su cartera, pero si lo observamos desde una perspectiva teórica se despiertan dudas como las siguientes: ¿Los ministros pueden pensar diferente al presidente?

Esta pregunta se deberían hacer todos los ciudadanos al darnos cuenta de que la inestabilidad en los ministros de la administración Chaves Robles se basa en la contradicción de argumentos contra el presidente ya que es lo que este diga y se acabó.

Esto puede repercutir de mala manera el trabajo de la administración dañando fuertemente la credibilidad de los ministros como le está sucediendo al ministro de Hacienda, don Nogui Acosta con el voto de censura que está planeando la Asamblea Legislativa ejecutar, e incluso creando ministros sin raciocinio o sin el son de pensar, ya que lo que diga el presidente es “santa palabra”.

El diplomático y teórico de la ciencia política moderna, Nicolás Maquiavelo, dijo:

“Quien controla el miedo de la gente, se convierte en el amo de sus almas.”

Una frase muy célebre pero con un mensaje muy marcado que lo podemos ver en la actualidad, en este caso, con el presidente y sus ministros. El sembrar el miedo en las personas, y con más razón, en sus subordinados en sinónimo del nivel de grandeza y de poder que siente un presidente y que seguramente se practicaba en los organismos internacionales, lo que nos lleva al siguiente punto.

Se sabe muy bien que el presidente Rodrigo Chaves desempeñó su trabajo varios años en el Banco Mundial, organización que a pesar de que no se conoce mucho de su funcionamiento, debe de tener un sistema de trabajo gerencial o demandante en donde se plantea lo que se va a ejecutar con fechas establecidas y sino se cumplen dichos criterios se remueven las personas a cargo. Rodrigo Chaves al estar tan acostumbrado y adaptado a este nivel de eficiencia y demanda, lo ejemplifica en Costa Rica con su gobierno y es muy clara la presión que ejerce este sobre los ministros, situación que no se le ha dado muy bien debido a la actitud y a la velocidad que trabajan los costarricenses.

Esto lo ha llevado a dar críticas hacia la Asamblea Legislativa por la lentitud de discusión y aprobación de una ley, al Ministerio Público por un caso de investigación y a los mandos medios que según él solo “obstruyen y entorpecen los resultados”, esto ha traído consigo fuertes críticas al mandatario que lo han puesto en la mira de muchos analistas.

El costarricense al estar tan acostumbrado a gobiernos en donde el presidente no tenía la suficiente autoridad y nivel de seguridad para decir qué se iba hacer, al encontrarse con algo nuevo, despierta ese nivel de interés o de curiosidad que a todos los seres humanos se les presenta y que también en algunos casos, tiene un efecto negativo o perjudicial ya que es un cambio a lo que las personas no están acostumbradas y mueve el pensamiento estadío que tenían hacia la política tradicional o la que ciertas personas entienden.

Sin lugar a duda esta administración ha dado un golpe de renovación de la política costarricense y partidaria que se daba anteriormente. Es un hecho que en la actualidad la política está pasando a ser más emocional y de carácter individualista que partidaria y es un fenómeno que los partidos políticos y en especial los tradicionales van a tener que afrontar.

Veremos más adelante qué depara de la Administración Chaves Robles, si seguirá con cambios tan abruptos y volátiles en su equipo de trabajo y con un característico empoderamiento del discurso del presidente al que los ministros van a tener que hacer caso y no decir nada para no enojar al jefe o, veremos una apertura al diálogo constructivo y de discusión positiva para los próximos dos años de mandato que le faltan.

Los artículos de opinión aquí publicados no reflejan necesariamente la posición editorial de EL MUNDO. Cualquier persona interesada en publicar un artículo de opinión en este medio puede hacerlo, enviando el texto con nombre completo, foto en PDF de la cédula de identidad por ambos lados y número de teléfono al correo redaccion@elmundo.cr, o elmundocr@gmail.com.

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