Un sismo de 7 grados no es galleta, como es de tomar un ejemplo del dueño de una casa que se le torció, que representa para nosotros la paciencia más que franciscana costarricense del hombre; que no se quejó de tener media vivienda por hogar destruida.
Vienen de balde las desgracias y las cosas buenas que la natura caprichosa proporcionan; a veces sin querer, como el volcán Etna de Sicilia- Italia, completamente cerrado para cualquier tipo de público “turistas”, por las devastadoras erupciones. Asimismo; el cierre a la entrada de cruceros turísticos a los canales de Venecia, con la finalidad de preservar esta hermosa ciudad italiana.
Huelga comentar que la natura no tiene limitación y tampoco el respeto para la gente, un ejemplo palpable son las inundaciones en nuestro País; que han dejado destrucción de casas, cultivos, caminos, carreteras y puentes en estos días.
Algunos piensan que se debe a la destrucción de las montañas, para sembrar productos agrícolas, lo que si es cierto es que el cambio climático, es real y está haciendo estragos, no sólo en nuestro País, sino en el mundo entero. Es hora de frenar la destrucción del Planeta y tratar de mitigar los efectos devastadores, que el mismo ser humano ha provocado durante mucho tiempo.
Por tanto, debemos respetar la naturaleza porque su furia es devastadora y no sabemos en ¿qué? momento actúa y somos muy vulnerables.
Debemos ser solidarios con esos costarricenses que lo han perdido todo y que hoy necesitan de nuestra ayuda para volver a rehacer sus vidas.
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