Por Luigi Rebecchi Pannelli
“Tener un domicilio fijo y firmar cada quince días en un juzgado”; es una medida cautelar que muchos jueces aplican, tal vez suponiendo que “el domicilio fijo” tiene barrotes en las puertas y en las ventanas de toda la casa que desde luego; impiden la fuga del sospechoso o, en su defecto se atienen y colaboran en mermar el hacinamiento de las cárceles.
La madre, la abuela y el tío quienes; torturaron y dejaron hambrienta, respectivamente a la hija, la nieta y la sobrina, una niña; de apenas cuatro añitos, pese a la confesión de la misma infante en contra de sus parientes, los “presuntos” torturadores andan sueltos hasta nueva orden.
Preguntamos; en línea general, si “un domicilio fijo” y una pinche firma pueden amparar a unos delincuentes tales como los mencionados en este comentario. Sic.