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El coyol (Acrocomia vinifera) no solo para vino de coyol sirve

Ahora en la época que muchos visitan Guanacaste el que no pruebe el vino de coyol se habrá perdido de una bebida gourmet que además es excelente para los riñones. Pero cuidado si está muy fermentado se puede embriagar, tómelo dulce. Es una palma perteneciente a la familia de las Palmae, muy abundante en las sabanas de Guanacaste y conocido por el delicioso vino de coyol que se extrae de su tronco. Originario de Brasil en donde se le vio posibilidades para biocombustibles como biodiésel, de biokerosene. Se puede emplear en la alimentación humana, la oleo química y la cosmética, industrias que pagan mucho más que la de los biocombustibles, sería la primera razón por lo que el proyecto no arrancó en Brasil. De su planta se aprovecha el vino del tronco, de la fruta que se divide en cuatro partes: la cáscara, la pulpa, el endocarpio (parte dura que envuelve a la semilla) y la almendra. Con su pulpa se producen aceite. Los frutos como la cáscara procesada dan una pasta rica en proteínas (30%) para la alimentación de rumiantes. El endocarpio se puede emplear para el tratamiento del carbón activado, que se utiliza como filtro para purificar aire y líquidos. Otra razón agronómica es que el coyol crea un microclima más suave y apropiado para la diversificación de la vida en el suelo, sus raíces fuertes impiden la formación de agujeros en el suelo lo que evita que este pierda humedad. Las diversificaciones de su uso con las alternativas para su explotación podrían garantizar que se intente hacer con lo cual bajaría el uso de combustibles fósiles, menos contaminantes y ahorraríamos divisas. RECOPE en vez de gastar los millones que gasta en salarios e importando combustibles fósiles debería ponerse a investigar. El tercer problema es que votar montaña para sembrar la palma sería dañino para el ambiente, se considera que esta práctica significa el 8 % de la deforestación mundial. Esto no sería el caso de Costa Rica ya que se puede sembrar en terrenos ya deforestados y entre los potreros. Guanacaste tiene muchas hectáreas para sembrar sin deforestar. Una hectárea de coyol bien manejada con 500 palmas a los 6-7 años podría producir de promedio unas 600 frutas por racimo lo que sería unas 3-4 toneladas de aceite. En San José se puede conseguir jarabe de coyol rico en vitamina C y en Corumbá Brasil, las asociaciones de mujeres hacen harina con la pulpa del coyol y la venden en el mercado local como un ingrediente para pasteles, galletas, bizcochos y helados. Nuestros aborígenes usaban aceite de coyol para alimentar antorchas, canfineras y uso medicinal. ¿La pregunta es si ellos sin tecnología sacaban aceite? ¿Por qué no lo podemos hacer hoy con voluntad política y pensando en la Costa Rica del 2030?

Los artículos de opinión aquí publicados no reflejan necesariamente la posición editorial de EL MUNDO. Cualquier persona interesada en publicar un artículo de opinión en este medio puede hacerlo, enviando el texto con nombre completo, foto en PDF de la cédula de identidad por ambos lados y número de teléfono al correo redaccion@elmundo.cr, o elmundocr@gmail.com.

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