Democratizar la producción energética: solución de corto plazo para enfrentar la crisis de electricidad

Lo que acabamos de vivir con la amenaza de apagones eléctricos por parte del ICE debe llevarnos a actuar rápidamente, ya que no podemos permitir que eso vuelva a suceder, más en un entorno de crecimiento de nuestra economía, movida principalmente por grandes inversiones industriales en zonas francas y fuera de estas, y un fuerte incremento de la oferta turística y de vehículos eléctricos. El gran reto es cómo satisfacer nuestras necesidades de consumo de electricidad, a un precio que sea competitivo a nivel de los países que compiten con nosotros, para atraer inversiones, turistas y actuar en serio relacionado con la descarbonización de nuestra economía.

Una medida para resolver este serio problema en el largo plazo es abrir el mercado eléctrico, para la cual se debe aprobar, como primer paso, el proyecto de ley de Armonización del Mercado Eléctrico Nacional.

¿Pero qué podemos hacer en el corto plazo?

Sugiero lo siguiente:

1- Inyectar al sistema una buena cantidad de energía fotovoltaica para reducir el consumo de búnker durante el día para generar electricidad y para guardar agua en los embalses para generar electricidad en las noches. Finalmente, el ICE ya empezó a perderle el miedo al sol y decidió adjudicar la construcción de 5 plantas solares que suman 86 MW. Faltan más, pero es un buen primer paso. ¡Enhorabuena!

2- Promover la instalación de decenas de miles de pequeñas plantas fotovoltaicas en los techos para que los consumidores reduzcan su factura eléctrica y que puedan incluso recibir un ingreso por inyectarle electricidad al sistema eléctrico nacional. Para ello solo se requiere que la ARESEP remueva los obstáculos y establezca una tarifa que incentive a las personas a instalar ese tipo de plantas y convertirse en pequeños empresarios de venta de electricidad.

3- No solo tenemos sol abundante, también contamos con un potencial hidroeléctrico inmenso. Deberían eliminarse los obstáculos para que miles de personas puedan instalar nano turbinas hidroeléctricas, que son sistemas de generación menores a 50 kW. Estas pequeñas turbinas pueden jugar un papel crucial en la democratización de la producción energética, generándole ahorros en las facturas eléctricas a quienes las instalen, pero incluso permitiéndoles recibir ingresos adiciones. Este tipo de generación eléctrica no solo contribuye a la estabilidad de la red, ya que es una fuente de energía firme y constante, sino que también reduce las pérdidas energéticas asociadas a la transmisión y distribución desde plantas centralizadas.

Para ilustrar la eficiencia de estos sistemas, consideremos un ejemplo práctico: un tubo de dos pulgadas de agua con una caída de 100 metros puede inyectar más de un megavatio hora por mes a la red, suficiente para abastecer a cinco viviendas con un consumo de 200 kWh mensuales. Este tipo de sistemas, al ser de tamaño reducido y operar a filo de agua (se toma agua y se vierte aguas abajo luego de turbinarla), no presentan un impacto ambiental significativo. El principal cuidado que se requiere es el de mantener el caudal ecológico necesario para conservar los ecosistemas acuáticos. (información obtenida de una conversación con Jorge Arturo Bermúdez Morales, Especialista en Energías Renovables, representante de la empresa GAT Generates All Time).

Para que la puesta en operación de nano-turbinas hidroeléctricas sea viable y efectiva, es imprescindible actualizar y simplificar los procedimientos para la obtención de concesiones de fuerza hidráulica. Además, es fundamental que el precio pagado a los productores de energía hidroeléctrica sea un incentivo económico para estimular la producción de este tipo de energía limpia y sostenible, recordando que actualmente se paga muchísimo por la energía generada quemando búnker.

Otros actores muy relevantes en este tipo de producción hidroeléctrica mediante esas nano turbinas son las ASADAS y el mismo ICAA, que podrían generar electricidad de esa forma aprovechando el agua de sus acueductos.

Democraticemos la producción energética para beneficiar a cientos de miles de pequeños empresarios, utilizando la luz del sol y la fuerza del agua mediante pequeñas plantas. De esa forma también se beneficiaría el país al contar con más electricidad, a precios más asequibles, y disminuir sustancialmente la factura petrolera asociada a los combustibles fósiles contaminantes que se utilizan para generar electricidad en las plantas térmicas.

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