Defendiendo a Ucrania defendemos a Taiwán

» Los destinos interconectados de las democracias del mundo

Fotografía de Pixabay.

La invasión Rusa a Ucrania fue la llamada de alerta: Era el momento de dejar atrás la visión de un mundo post GuerraFría en el que los regímenes de Moscú y Beijing eran partes responsables del orden internacional. Lo que ha surgido, en su lugar, es un mundo cada vez más conflictivo, plagado por agresiones autoritarias, ejemplificadas por la más peligrosa asociación-sin-límites entre China y Rusia, y a través de la cual los dos países se respaldan, mutuamente, sus agendas represivas y expansionistas.

Queda, sin embargo, un mundo globalizado de sociedades y economías interconectadas: un “teatro” único e indivisible en el que la seguridad de cada país está íntimamente vinculada a la seguridad de los otros. Esto es particularmente cierto para las democracias del mundo, cuyas alianzas y asociaciones están siendo atacadas por los intentos de los poderes autoritarios de dividir y fragmentar el mundo democrático.

Algunos han argumentado que el apoyo internacional en defensa de Ucrania de la agresión de Rusia está quitándole atención y recursos a la tarea de confrontar la agresión china. Según esta visión, la defensa de Ucrania ha dejado a otras democracias como la de Taiwán más vulnerables.

Pero ese argumento subestima hasta donde están vinculados los intereses geoestratégicos de las democracias del mundo -como lo están las agendas de Moscú y Beijing. Los funcionarios de Estados Unidos (EEUU) han llegado a la conclusión de que, desde al menos la segunda mitad del 2023, China ha estado proveyendo apoyo militar muy cercano a armas letales a Rusia, un giro significativo desde la fase inicial de la guerra de Rusia contra Ucrania, cuando Beijing tomó una posición de cierta forma más neutral.China ha decidido claramente que tiene un fuerte interés no solamente en apuntalar a Rusia sino en rehacer el paisaje geopolítico de Europa.

Con China y Rusia en tal cercano alineamiento, es mucho más imperativo para las democracias actuar en coordinación. Para ese fin, las democracias del mundo, encabezadas por EE.UU., tienen que mantener sus ayudas militares, económicas y humanitarias a Ucrania. El objetivo de este apoyo va más allá del retorno al estatus quo que existía en el continente europeo. Ayudando a Ucrania, las democracias pueden aumentar su fuerza relativa contra la coalición chino-rusa.

En este espíritu, Taiwán le da la bienvenida a la reciente decisión del Congreso de EEUU de continuar el apoyo militar a Ucrania. Tal despliegue de incuestionable e indoblegable decisión para salvaguardar la democracia no se retracta de la defensa de lugares como Taiwán: En efecto, es un disuasivo clave contra el aventurerismo de parte de Beijing.

POR QUÉ TAIWÁN ES IMPORTANTE

Al igual que la lucha para proteger la democracia en Ucrania tiene implicaciones globales, también las tiene la defensa de Taiwán. Según “Bloomberg Economics”, una invasión china a Taiwán le costaría al mundo alrededor de $10 trillones de dólares el equivalente a casi el 10% del Producto Interno Bruto global -lo cual empequeñecería el impacto de la guerra en Ucrania, la pandemia del COVID-19 y la crisis financiera global del 2008-2009. Un bloqueo chino a Taiwán resultaría en una destrucción menos inmediata, pero aun así le costaría a la economía global unos $5 trillones de dólares.

La causa es simple: más del 90% de los microprocesadores avanzados se producen en Taiwán, y aproximadamente la mitad de la flota de barcos del mundo que transporta contenedores pasa por el Estrecho de Taiwán. Taiwán es una parte indispensable e irreemplazable de la cadena global de suministros, y defenderla requiere un esfuerzo global. Pero el valor de la seguridad taiwanesa no es meramente económico; lo es también geoestratégico. Preservar el estatus quo en el Estrecho es vital para mantener el sistema de alianza de EEUU, el balance de poder regional y la no proliferación nuclear. Estos tres pilares críticos han mantenido la región Indo-Pacífico estable y próspera por generaciones y estaría amenazada si China toma control sobre Taiwán. Las pérdidas económicas y las líneas de suministro rotas podrían mitigarse con el tiempo. Pero un cambio geoestratégico a favor del expansionismo autoritario de China dañaría al mundo por décadas.

En abril, mientras Taiwán soportaba su terremoto más grande en 25 años, China continuó enviando sus barcos y aviones de guerra a través del estrecho -aun cuando su delegación en Naciones Unidas tuvo la audacia de darle gracias al mundo por las expresiones de condolencia por el terremoto, como si Beijing hablara a favor de Taiwán. En agudo contraste con la fingida preocupación de China, más del 80 países del mundo expresaron su apoyo a Taiwán, por lo cual les extiendo su más sincera gratitud.

AYUDANDO A UCRANIA, LAS DEMOCRACIAS PUEDEN AUMENTAR SUS FORTALEZAS RELATIVAS CONTRA LA COALICIÓN CHINO-RUSA

Esto es lo que encara Taiwán diariamente. Pero cuando China busca sembrar el miedo en el pueblo de Taiwán mediante la coerción militar, el aislamiento diplomático y la guerra de información, el pueblo taiwanés responde con un esfuerzo de toda la nación. Taiwán está particularmente orgullosa detener múltiples organizaciones de base dedicadas a fortalecer la defensa civil y a contrarrestar la desinformación china. Esas organizaciones son emblemáticas de la resiliencia y la democracia de Taiwán.

El gobierno de Taiwán ha dado grandes pasos para enfrentar los desafíos de seguridad presentados por China. Bajo el liderazgo de la Presidenta Tsai Ing-wen, Taiwán ha incrementado sus esfuerzos para mejorar su autodefensa. El año pasado, Taiwán aumentó su presupuesto de defensa alrededor del 14%, aproximadamente $19,000 millones, equivalentes al 2% del PBI.

Taiwán emplea sus recursos en las más apremiantes necesidades. Su enfoque prioritario ha sido desarrollar capacidades para una guerra asimétrica, implementar reformas en la defensa civil y en acelerar el desarrollo de las industrias de defensa nacional. Con un amplio apoyo popular, Taiwán también extendió su período de entrenamiento para los ingresados al servicio militar de cuatro meses a un año.

Taiwán puede esperar un apoyo robusto de países con su misma filosofía solamente si tiene un fuerte compromiso con su autodefensa. Esa fue la primera y más importante lección que Taiwán aprendió de la defensa de Ucrania contra Rusia, porque los ucranianos estuvieron listos para luchar por su democracia, el resto del mundo estuvo dispuesto a ayudar. Y nuestra determinación de defendernos será más fuerte bajo nuestro nuevo presidente, William Lai.

CÓMO TAIWÁN PERSEVERA

China ya ha alterado el estatus quo de varias formas en la región Indo-Pacífica. Para los principiantes, Beijing ha militarizado el Mar del Sur de China a pesar de su compromiso público de no hacerlo. Los chinos han construido puertos con un potencial uso militar bajo su estrategia “string of pearls” (cadena de perlas), que incluye a Bangladesh, Myanmar, Pakistán y Sri Lanka. El año pasado, Beijing firmó un pacto de seguridad con las Islas Salomón y logró acuerdos semejantes con otros países que son islas del Pacífico.

La estrategia de China descansa en dos premisas: La primera es que China debe disminuir el costo potencial de anexarse a Taiwán por la fuerzahaciendo más difícil para los EE. UU. llevar a caboun despliegue militar para defender la isla en el caso de un ataque chino. La segunda es que controlando a Taiwán ayudaría a Beijing a proyectar un poder más allá de la llamada “primera cadena de islas”, amenazando el acceso de las líneas navieras de carga y reduciendo la seguridad de muchos aliados de EE. UU. en la región.

Prevenir esos acontecimientos requerirá un nivel sin precedentes de determinación y coordinación de parte de las democracias del mundo. La larga relación de seguridad tripartita entre Australia, Japón y EE. UU., y la recién alianza AUKUS compuesta por Australia, Reino Unido y EE. UU., proveen un ancla de estabilidad. La naciente alianza entre Japón, Filipinas y EE. UU. complementará todos esos acuerdos. Y el reciente fortalecimiento de la cooperación de seguridad entre Japón, Corea del Sur y EE. UU. asegurará la estabilidad en el norte de Asia, que está estrechamente vinculada con la paz en el estrecho de Taiwán. Estas coaliciones interconectadas son los más poderosos garantes de un ambiente geoestratégico favorable en la región Indo-Pacífico.

Sin dudas, la paz y la estabilidad en el Estrecho de Taiwán puede mantenerse solamente mirándola y tratándola como un asunto internacional. Los líderes del otro lado del Estrecho alegan otra cosa, por supuesto, y sin descanso encierran el futuro de Taiwán como un asunto a ser resuelto entre “los chinos”. Pero, mientras más duro Beijing empuje esa falsa narrativa, más duro Taiwán demuestra estar en el rumbo correcto.

LO QUE NECESITA TAIWÁN

Todavía la comunidad internacional puede hacer más para disuadir la agresión china. Hay tres áreas que países con igual mentalidad que Taiwán pueden considerar más positivamente para preservar el estatus quo. La primera es la Zona-Gris de la coacción de China, que incluye actividades tales como campañas de desinformación, complots de interferencia electoral y provocaciones militares como vuelos de aviones jet que rutinariamente cruzan la línea media del Estrecho de Taiwán. Tales operaciones plantean un desafío psicológico y de seguridad diario para Taiwán que no es menos terrible que la amenaza de un bloqueo o una invasión, y dejando de responderles tendría un impacto desastroso en la moral de Taiwán. Además de proveerle a Taiwán apoyo político y moral ante estas coacciones, otras democracias deben también ponerle un precio a esas tácticas chinas, demostrándole a Beijing que las provocaciones tienen consecuencias.

La segunda área donde Taiwán necesita más ayuda es en la integración económica. A China no se le debe permitir que dicte los lazos económicos de Taiwán con el mundo. Y fortaleciendo las alianzas económicas con Taiwán ayudarían a otras democracias a desarrollar cadenas de suministros resilientes para sus propias economías. Taipei y Washington están negociando actualmente la segunda fase de la Iniciativa de Comercio del Siglo 21 entre EE. UU. Y Taiwán, un acuerdo de comercio que ayudará a las empresas medianas y pequeñas de Taiwán a integrarse al sistema de comercio global.Una vez que se complete el acuerdo, Taiwán tiene la esperanza de poder firmar un acuerdo de asociación económica con la Unión Europea y unirse al acuerdo de comercio conocido como el “Comprehensive and Progressive Agreement for Trans-PacificPartnership” por su nombre en inglés. Estos acuerdos no solamente fortalecerán las economías de Taiwán y sus socios, sino que le demostrarán a Beijing que las democracias del mundo están haciendo inversiones de largo plazo en el futuro de Taiwán.

La tercera área donde los amigos de Taiwán pueden hacer aun más es en empujar hacia atrás la interpretación errónea de una resolución de Naciones Unidas que Beijing promulga para justificar su injerencia en los derechos de Taiwán. Taiwán urge a los países con igual mentalidad que Taiwán a unirsea los EE. UU. en el rechazo a la distorsión china de la Resolución 2758 de Asamblea General de las Naciones Unidas, que fue adoptada en 1971 y que le dio el llamado “asiento” de China en Naciones Unidas al gobierno en Beijing. -pero que no, como China reclama, impone en la ley internacional la falsa idea de que Taiwán es solamente una provincia de China. Más países deben ejercitar su derecho de navegación por el Estrecho de Taiwán, que Beijing se resiste a reconocer como aguas internacionales.Cuando China ve que los países mantienen a sus barcos fuera del Estrecho, les hace concluir que sus tácticas de amenazas están funcionando.

Taiwán es un miembro responsable de la comunidad internacional y su posición de mantener el estatus quo a través del Estrecho no cambiará. Pero esto necesita que las democracias del mundo hagan su mayor esfuerzo para ayudar en el mantenimiento de la paz a través de la fortaleza y la unidad.Manteniendo el apoyo a Ucrania en su lucha de supervivencia frente a la agresión rusa, las democracias del mundo han demostrado exactamente la clase de decisión y claridad moral que Taiwán también necesita de ellos. No podemos permitir que este siglo sea testigo del nacimiento de un nuevo orden mundial en el que los autoritarios puedan aplastar la justicia y la libertad. En los próximos años, el destino de Taiwán, como los de Ucrania, serán una prueba crucial de que las democracias del mundo no pueden fallar.

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