Impresionante que en el siglo XXI muera un niño de hambre y sus tres hermanos poseen los mismos factores de riesgo; aquí cerca nuestro, en una zona rural de nuestro territorio costarricense.
Fuertes “pandemias” por depresión infantil, y en adolescentes… los hospitales especializados están colapsados.
Cada día vemos como las familias ya no quieren tener hijos; preocupante la baja desmedida de la natalidad a 1,29 niños por pareja. Técnicamente llegaríamos a 5,6 millones de costarricenses en los próximos años y de ahí la población caería drásticamente en nuestra patria con todo lo que conlleva y significa, para el futuro próximo.
Asesinatos por sicariato… ¡Un joven sicario de 14 años, ejecuta personas a cambio de un plato de comida!
Algo estamos haciendo mal, porque mientras que en los demás países (que tanto les gusta afanarse a los políticos de turno y que pasamos tratando de imitar, y hacemos tratados de libre comercio UE, Estados Unidos ,OCDE, la Alianza del Pacífico se apoyan de diferentes maneras a las familias para que tengan hijos), aquí NO.
¿Por qué?
Existen mecanismos para cuidar a nuestros niños desde las más frágiles edades tanto nutricionalmente como psicológicamente.
Aquí estamos de brazos cruzados, porque lo que se está haciendo, es evidente que se está quedando corto. ¡Les estamos debiendo!
Necesitamos urgentemente crear más recursos, para distribuir más y mejor la riqueza. Porque se nos están muriendo, ahogándose en medio de fuertes problemas mentales y ni que decir de la alimentación .
Agradezco la labor de la gente del PANI, que estoy seguro que trabajan con mística y amor. Pero es evidente que tenemos que crear unas nuevas estructuras , nuevas leyes, porque ya no es funcional para lo que estamos viviendo en la Costa Rica del 2023.