El desarrollo, conservación y explotación de un sistema vial requiere de una gestión continua con sólido fundamento técnico y visión de largo plazo. Se trata de una inversión permanente que debe rendir sólidos beneficios económicos y sociales, perfectamente cuantificables, mismos que deben dar soporte y continuidad a los programas de inversión.
Este sistema de gestión es complejo, pero muy necesario…
Por el contrario, la improvisación, las ocurrencias, el empirismo y el cortoplacismo, rinden sobrecostos a las finanzas públicas, a los usuarios y a la sociedad, de muchos billones de colones… El comentario recurrente de que no hay dinero nunca lo hemos podido aceptar, debido a que nunca ha estado claro a cuánto asciende el monto por invertir para llevar nuestra red vial a cierto nivel de servicio o estándar. Los que aún alegan escases de recursos, tienen serias falencias conceptuales de cómo se debe administrar una red vial. Por ejemplo, nadie va a un banco a solicitar un crédito para reparar su casa, sin saber antes un presupuesto detallado de la inversión, lo mismo ocurre con los proyectos viales. Lo que en realidad sucede es que el manejo del sistema vial ha sido un adefesio.
El otro problema, es que los grandes decisores del sector, en particular, el Consejo de Administración del CONAVI, siguen culpando a otras organizaciones por sus continuas malas decisiones y posteriores fracasos. Así las cosas, la culpa sigue siendo siempre de otros, por ejemplo SETENA, ARESEP, SENARA, LanammeUCR, CFIA y la lista continua. El día que acepten que el trabajo debe hacerse de manera profesional, siguiendo un proceso ordenado, y que en materia de obras viales los procesos completos toman alrededor de diez años para entonces iniciar obra, como en los Estados Unidos o Europa, ese día no habrán instituciones culpables ni otras excusas que “impidan” el desarrollo vial.
Costa Rica requiere de un cambio de modelo. Y esto, no es ir en contra de los valiosos profesionales que laboran en CONAVI. En lo personal y profesional, hemos coincidido con muchos de ellos, y sabemos de sus grandes capacidades. El problema es la desarticulación de la institución y de malas políticas generadas por los gobiernos de turno y, el Consejo de Administración. No tiene sentido seguir con este modelo de organización en donde el gobierno está en manos de directivos que muchas veces no tienen el conocimiento técnico y que le dejan poco espacio y muchas veces nulo, al ministro de turno para tomar decisiones y dirigir la institución.
Nótese que ese es el modelo que tiene el país para tomar las grandes decisiones en materia de planificación, desarrollo y ejecución de obras de infraestructura. Carece de todo sentido lógico. La carretera a San Carlos y San José – San Ramón, dibujan muy bien esa caricatura de organización institucional. Y, de nuevo, no me refiero a tantas personas que han desfilado por esa organización y muchas haciendo su mejor esfuerzo, fundamentalmente es un asunto organizacional. Aquí se requiere cirugía mayor!
Pero, los ciudadanos siguen pagando millonadas por los desaciertos y los gobiernos (el actual y los anteriores) se tiran flores por pegarle un empujón a este costoso ridículo. Ese no es el rumbo a seguir, como tampoco es la solución las estructuras paralelas para sacar a flote algunos proyectos.
Y como me dijo un colega que ya peina canas y que aprendió tras 45 años de trabajar en ingeniería, 30 de ellos en una buena empresa constructora nacional: “La gente cree que construir es difícil y eso no es cierto, al menos para el tipo de obras viales que requiere nuestro país. El costo final de una obra nunca debe ser una incógnita y no debe desviarse por asuntos propios de ella, depende de un buen diseño en el que se hayan tomado en cuenta todos los detalles, de previo a iniciarla. Un buen diseño es fundamental para el éxito de una obra, la construcción es cuestión de organizarse y ya está resuelto”.
Ojalá y nuestros candidatos a presidente y a diputados, entiendan de este momento histórico para realizar las reformas que requiere el sector vial de Costa Rica.
—
Los artículos de opinión aquí publicados no reflejan necesariamente la posición editorial de EL MUNDO. Cualquier persona interesada en publicar un artículo de opinión en este medio puede hacerlo, enviando el texto con nombre completo y número de identificación al correo redaccion@elmundo.cr.
