Carlos Collado Martínez: En el centenario de su nacimiento

Celebramos el centenario del nacimiento del Benemérito de la Patria Carlos Luis Collado Martínez, quien hace 75 años donó su joven existencia por la causa de la Liberación de Italia del yugo del nazi-fascista.

El tributo que rendimos a Carlos podría no ser más que un simple gesto, si no logramos dar seguimiento y complimiento a los valores y principios que él como muchos otros jóvenes de su generación nos transmitieron y que posteriormente fueron la base para la construcción de una nueva era de paz y progreso para la humanidad.

Las razones y los sentimientos que motivaron a Carlos a unirse a la Resistencia sin duda alguna están en la búsqueda de la libertad, en el deseo de verdad; después de los años engañosos de la dictadura y la sucesiva barbarie de la ocupación extranjera.

Actualmente se ciernen graves amenazas y nuevos peligros para la libertad y la democracia en el mundo, los pueblos parecen haber perdido la esperanza y el deseo de una convivencia armónica y solidaria, cada uno trata de sacar provecho del presente a como dé lugar.

La democracia es buena si realiza su ideal democrático, es decir, la realización de una sociedad donde no hay discriminación y donde todos pueden desarrollar su libre albedrío. El riesgo en la actualidad son los peligros que la democracia por si misma puede generar, cuando la mayoría de la población – o al menos la mayoría de los que votan – eligen democráticamente a líderes reaccionarios, nacionalistas, racistas.

El joven Collado partió para Italia en 1938 a estudiar medicina en la Universidad de Bolonia.  Se graduó con los máximos honores, era muy estimado en el ambiente médico, su tesis de graduación resaltó por su novedoso aporte sobre los tumores encefálicos que le valió el Premio Vittorio Emmanuele II como la mejor tesis de graduación del ateneo en 1944.

A partir del armisticio del 8 septiembre 1943 hasta la liberación, el 25 abril de 1945, Carlos como tantos jóvenes antifascistas de diferentes orientaciones políticas, militares, muchas mujeres, hombro a hombro, en las ciudades, en las fábricas y en las montañas, adhirieron a la Resistencia contando con el apoyo decidido de la población civil; esta fue la antesala histórica que llevó al nacimiento de la República Italiana.

Eran momentos dramáticos y dolorosos para todos, Carlos decidió meter en primer lugar la lucha por la justicia, la libertad y los derechos humanos. Carlos hizo parte del grupo de médicos y enfermeros del Hospital de Santa Úrsula que se prodigaban en la recolección de fármacos e instrumentos médicos para los partisanos heridos.  Detenido temporáneamente por sospechas, apenas liberado, el 27 agosto subió a la montaña para unirse a la Resistencia con otros jóvenes patriotas a la 63 Brigada Garibaldi “Bolero”.

Carlos hizo la escogencia más difícil, escogió de que parte estar, sus valores, su formación, lo llevaron a realizar una opción de grande entrega y de gran coherencia humana. Fueron meses de lucha, vida, guerra, dolor, muerte; amor y esperanza que cambiaron para siempre Italia.

La Resistencia o guerra de Liberación, (septiembre del 43 hasta abril de 1945) involucró casi 300 mil personas, sobre todo jóvenes. En el panorama europeo, de los movimientos populares que adversaron al nazi-fascismo, la Resistencia italiana, tuvo una característica de sublevación popular, de guerra civil, que nació en seno al pueblo.

El 8 de octubre de 1944 su brigada tuvo un enfrentamiento con los alemanes del 16° Comando de la Panzergrenadierdivision, en el valle de la Olivetta, en Rasiglio (Sasso Marconi), en el curso del cual diez partisanos murieron y once fueron capturados, entre ellos Collado. Conducidos a Casalecchio, fueron bárbaramente torturados y finalmente ejecutados públicamente en la plaza.

Cada año en esa plaza rodeada de frondosos plátanos, palacios con enormes portones y cercas de laurel, al centro hay un monumento que recuerda a las víctimas de la furia nazi-fascista del 10 de octubre del 1944, una placa grabada en mármol inmortaliza sus nombres, encabeza la lista el Dr. Carlos Luis Collado, joven y heroico médico costarricense.

Se hace más necesario que nunca un compromiso común, para que las dramáticas experiencias de aquellos años se transformen en vivo recuerdo colectivo para las nuevas generaciones y que adviertan el deber de honorar con gratitud el sacrificio de aquellos valientes jóvenes que como Carlos dieron su vida para la construcción de una nueva sociedad. Más que nunca es un imperativo moral recordar y transmitir la memoria histórica para defender la paz y los valores que surgieron del antifascismo.

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