Está claro que la CCSS es la Institución pública más grande de Costa Rica administrando el bien más preciado de todos los costarricenses, la salud. El problema es que la eficiencia no es una de las mejores cualidades de las instituciones del sector público de nuestro país.
Sabemos que para su financiamiento, la fuente principal de los ingresos de la CCSS, se obtiene de porcentajes muy importantes de los salarios de todos los trabajadores en planilla y de todos los trabajadores independientes, así como de todas las empresas existentes en nuestro país.
Son miles y miles de millones de colones de cargas sociales sobre las planillas de salarios de toda Costa Rica. Es lo que se conoce como cargas sociales obreras y cargas sociales patronales.
Porcentajes de cargas sociales para los cuales, la Junta Directiva de la CCSS tiene total libertad para incrementarlos en cualquier momento. De hecho, desde hace varios años se han venido aumentando esos porcentajes originales de las cargas sociales.
Sobre toda la planilla nacional, cualquier incremento de esos porcentajes, son otros miles y miles de millones de colones más, a la disposición de la CCSS.
También desde hace varios años, se han venido creando más instituciones públicas dizque de control de otras actividades como la banca y los seguros, conocidas como intendencias y hasta la ARESEP.
No creemos que sea conveniente crear otra institución de control para la CCSS, pero por lo menos, cualquier incremento de los porcentajes de las cargas sociales existentes, no debería depender solo del criterio de los directivos de turno de la CCSS.
A falta de más opciones, cualquier nuevo incremento de los porcentajes de las cargas sociales existentes, debería por lo menos requerir la aprobación de la Asamblea Legislativa.
Los costarricenses queremos seguir teniendo buena salud, para seguir disfrutando de nuestra democracia a la tica, de nuestra democracia del pura vida.
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