América Latina y los malos gobiernos

La globalización neoliberal fue beneficiosa para los países desarrollados ya que bajó la pobreza en China y Rusia para citar dos países. Pero para los países en vías de desarrollo en los que está Costa Rica aumentó la desigualdad y el descontento con el mundo desarrollado. Y es que ningún gobierno en Costa Rica se escapa de esto y por eso el pueblo cada día se aleja de las urnas y de los partidos tradicionales a los que culpa de endeudamiento, poner impuestos, corrupción y no tener claro el desarrollo económico. Cuando cayó el muro de Berlín y China entre al mercado globalizado se creyó que la democracia liberal sería riqueza para todos. Pero los gobernantes neoliberales convirtieron la economía en un capitalismo salvaje en beneficio de unos pocos lo que desató el descontento de los grupos excluidos que ha hecho que ciertos políticos adopten sus campañas populistas y demagógicas. La democracia está amenazada por los que buscan llegar al poder. Antes de la guerra de Ucrania tanto China como Rusia que estaban al acecho apoyando a dictaduras que sirvan a sus intereses como Cuba, Venezuela, Nicaragua y Bolivia. Ahora con la guerra Rusia ha perdido protagonismo, pero surgen nuevos enemigos como Irak que hace los mismo.

Los de derecha con corrupción, un capitalismo voraz e inoperancia de los gobernantes dejan un déficit muy grande en desarrollo económico y en justicia social. En América Latina, los gobiernos de izquierda estatizan y restan incentivos para crecer, repartiendo pobreza. Con una corrupción mayor y malos gobernantes que dejan a sus países al borde de la recesión. Esto ha provocados que países como Brasil brinquen de la izquierda a la derecha y luego a la izquierda de nuevo. En Costa Rica no ha sucedido, pero puede suceder en un tiempo no muy largo ya que las elites del poder económico se siguen sirviendo con la cuchara grande y ensanchando cada día más la brecha de las desigualdades y muchos partidos acostumbrados a mal gobernar no ven más allá de sus narices. Ellos creen que el pueblo es como los cerdos que les da igual caminar sobre excrementos o comer desperdicios. Espero que este gobierno que aún le queda tiempo y los venideros finalmente despierten del sueño de las mil maravillas y que sepan que, para realizar un buen gobierno, no es con populismo y palabras. Que para hacer un buen gobierno se necesitan políticas sólidas y transparentes, pero para crecer y financiar sus programas requiere del sector empresarial en un ambiente de libertad política y económica. Pero el poder económico de este país necesita ser más solidario y dejar de comer con el cucharon grande y pensar que los de abajo también comen y que no son como los cerdos que les da igual comer concentrado o desperdicios. De otra forma, estaremos ante otro fracaso y podemos predecir sin temor a equivocarnos que después continuarán los crímenes, las drogas, la inseguridad, la corrupción y una división muy grande entre los que más tienen con los que no tienen la oportunidad de tener. Hay otros problemas que agudizarán la crisis. Uno al que nadie le presta atención es al envejecimiento de la población que crece a ritmo mayor que el previsto y que la zona azul de la Península de Nicoya de la que tanto rajamos se acabara en 30 años. Los que estamos ligados al sector agropecuario, esperamos que Pilar Cisneros deje el circo con Baruch y meta en la Asamblea proyectos como modificar la banca de desarrollo para que funcione, no hacerle cirugías ambulatorias y que se nombre un ministro de Agricultura de verdad que ponga el sector a trabajar para ver un mejor desarrollo en las áreas rurales. También espero que las universidades dejen a un lado los privilegios y aumentan las becas para los jóvenes de las áreas rurales que de otra forma no pueden estudiar (ya que la universidades privadas son muy caras) y se meten a traficar drogas.

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