Santiago de Chile, 12 feb (dpa) – En medio de la creciente polémica por los controvertidos negocios que involucran a su hijo Sebastián Dávalos, la imagen de la presidenta chilena Michelle Bachelet podría sufrir un retroceso justo cuando su popularidad comenzaba a repuntar, coincidieron hoy el oficialismo y la oposición.
El hijo de la mandataria “no ha sopesado bien el daño que le está causando objetivamente a la presidenta”, sentenció el senador oficialista Alejandro Guillier.
Sebastián Dávalos Bachelet y su esposa, Natalia Compagnon, recibieron un crédito bancario por diez millones de dólares en diciembre de 2013, en una operación negociada directamente con el dueño del Banco Chile, Andrónico Luksic, y materializada un día después de que Bachelet ganara el balotaje ante la candidata conservadora Evelyn Matthei.
Con el préstamo, el matrimonio adquirió recientemente 44 hectáreas de un predio rural en el sur del país, terrenos que vendieron en 15 millones de dólares, obteniendo una ganancia de cinco millones de dólares.
La polémica estalló porque la solicitud de préstamo se realizó de parte de la empresa del matrimonio, que exhibía un capital de poco más de 10.000 dólares. Además, opositores al gobierno advierten acerca de un probable “tráfico de influencias”.
“Para ningún chileno puede ser entendible que una pyme (pequeña empresa) con un patrimonio y un capital tan bajo pueda conseguir un crédito en las condiciones preferentes y del monto y la magnitud que se consiguió”, reclamó hoy el diputado Javier Macaya, de la conservadora Unión Demócrata Independiente (UDI).
Por su parte, el senador derechista José Manuel Ossandon, del partido Renovación Nacional sostuvo que en la resolución de este negocio “se demuestran varias cosas: Dávalos es un buen omerciante, pero un pésimo servidor público, porque no calcula el daño de imagen que le provoca a la presidenta y al país”.
El hijo de la mandataria, que ha guardado absoluto silencio desde que estalló el caso, ocupa en el gobierno las funciones tradicionales de una primera dama debido a que su madre no tiene esposo.
Por ello, el diputado opositor Felipe Ward le demandó su inmediata renuncia: “No puede quedarse con el cargo que ensució”, dijo el parlamentario.
En tanto, el gobierno ha reiterado que el asunto que involucra a familiares de Bachelet en el negocio es un tema “entre privados”, no obstante aquello insistió en que el ejecutivo va a actuar con “total transparencia” frente a la ciudadanía en este y otros casos.
“Es lo que hemos dicho y es lo que vamos a hacer”, ratificó hoy el ministro del Interior, Rodrigo Peñailillo, quien ejerce funciones de vicepresidente mientras la mandataria goza de sus vacaciones en el sur del país.
El caso estalló justo cuando Bachelet comenzaba a remontar en las encuestas,tras lograr la aprobación en el Congreso de una serie de reformas sociales y políticas comprometidas en su campaña, como la tributaria, educacional y electoral, entre varias otras.
Así, y después de seis meses en baja, la adhesión a la mandataria llegó en enero a un 44 por ciento, cuatro puntos más que en la medición de diciembre, según un estudio de la encuestadora Adimark.
Los negocios que vinculan al hijo de la gobernante socialista coinciden con otra serie de investigaciones judiciales que afectan a los principales líderes de la UDI, por financiamiento ilegal de campañas políticas y pagos irregulares de empresarios a políticos.
